Luna Llena en Piscis 2022



La Luna siempre ha sido un motivo de inspiración para músicos, poetas y artistas en general, ella nos invita a soñar, a imaginar y a sumergirnos en una atmósfera misteriosa y romántica, con ese magnetismo y encanto que nos embelesa.

Esta experiencia sublime que tenemos de nuestra luminaria nocturna se verá acentuada el próximo plenilunio, en el cual veremos a la Luna florecer en el místico, mágico e inspirador signo de Piscis, concretamente en el grado 17.

Piscis en un signo dual, complejo y contradictorio, que bien puede sumergirnos en lo más profundo del inconsciente colectivo a través de los sueños, sumirnos en las aguas abisales de la depresión o de las adicciones, o elevarnos a las cristalinas, pacíficas y luminosas aguas de la autotrascendencia.

Es, ante todo, un signo de naturaleza transpersonal, que nos conecta con algo más grande y numinoso que la idea limitada que tenemos de nosotros mismos. Que ello resulte una experiencia dramática y abrumadora, inspiradora y creativa, o plena de gozo, éxtasis y realización espiritual dependerá de nuestro grado de consciencia, de nuestro karma, de los aprendizajes que precisemos asimilar, de cómo gestionamos la energía pisciana, etc. 

Piscis es el signo en el que el ego se diluye, como lo haría una gota de agua, en el infinito e insondable océano de la existencia, para ser uno con la totalidad, con la fuente divina, aquella de la que todo emerge y a la que todo vuelve, aquella fuente invisible, sutil y trascendente que todo lo penetra, lo nutre y lo sustenta y en la que nunca dejamos de estar inmersos porque es nuestra verdadera naturaleza, más allá de este cuerpo, está mente y esta alma, que son transitorios y que no son más que los vehículos a través de los cuales esa esencia divina puede jugar a conocerse a sí misma, a través de maya, la ilusión de la existencia, que ella misma ha creado.

Durante este juego, en el que nos experimentamos como una gota de mar, cuando en realidad somos un océano inabarcable, nuestra consciencia o esencia divina que ha emergido de ese océano cósmico se vale de esos vehículos y de la estructura egoica asociada a estos, así como de las experiencias que estos le proporcionan para reconocerse y experimentar su capacidad creadora.

Cuando la Luna llena en Piscis nos obsequia la belleza sutil de su mística luz, sentimos la profunda necesidad de diluirnos en la fuente, de perdernos en los brazos de la madre divina y sentir cómo su arrullo nos desvanece y nos sumerge en una profunda comunión con ella, para descubrir que esa aparente separación no es más que ilusión, que somos una misma cosa un mismo y único Ser, sin nombre sin apariencia, sin principio ni fin, que donde antes había dualidad ahora hay unidad, que donde antes percibíamos una experiencia parcial o sesgada construida a base de creencias y aferramientos que nos hacía sentir vacíos o incompletos, ahora hay un profundo vacío que nada demanda pues está pleno de sí mismo y es la totalidad que realmente somos, que es amor incondicional, paz, plenitud y gozo.

Esta urgencia interior de nuestra alma de entrar en comunión con la fuente y desvanecer la ilusión de separación, puede llevarnos a la práctica espiritual y, especialmente a la meditación, o sumergirnos en la inspiración artística. No obstante, también puede llevarnos al erróneo camino de las adicciones o hundirnos en la melancolía e, incluso, en la depresión.

En ese caso, es imposible tomar consciencia de que, tras los vacíos que pretendemos llenar con algún vicio o el dolor y la añoranza que sentimos, no hay más que un deseo no reconocido de retornar a la fuente, de reconocernos en nuestra totalidad, de experimentar la plenitud de nuestra verdadera naturaleza, eterna, infinita y trascendente.

La atmósfera emocional que experimentaremos con la Luna llena pisciana puede ser muy variable ya que, tal como el mar, Piscis puede fluctuar entre la calma y la tempestad, sus estado emocional puede ser sereno, fresco y acogedor como un amanecer, melancólico como un viaje al pasado, o caótico y arrasador como tsunami. 

Puede que por algún motivo nos sintamos perdidos o confusos o que experimentemos una sensación de caos interno que puede llegar a ser muy inquietante si no sabemos canalizarla adecuadamente a través del arte, la espiritualidad o cualquier cosa que nos resulte inspiradora.

Sea como sea, el drama puede emerger fácilmente pues la Luna en Piscis nos llevará a sentir nuestras emociones, seas cuales sean, a un nivel mucho más profundo de lo habitual y ello puede resultar abrumador. 

Y es que Piscis es el signo de la hipersensibilidad o de la alta sensibilidad, con lo cual esta Luna nos predispone a estar más perceptivos y receptivos a las energías del medio, cosa que, de algún manera, nos vuelve más vulnerables pero también nos permite ser más empáticos y comprensivos.

Todo este caudal de sensibilidad se verá potenciado por la conjunción que la Luna hará durante este plenilunio con Neptuno, que es precisamente el regente (moderno) de Piscis y que, por tanto, además de encontrase domiciliado por estar en su signo de regencia, es uno de los dispositores de esta Luna llena.

Ello incrementará aún más la enorme sensibilidad que la Luna llena pisciana por sí sola prometía, así como también la necesidad de experimentar nuestra inspiración y espiritualidad.



Es una conjunción muy favorable para músicos, poetas, bailarines, fotógrafos, cineastas o cualquier tipo de artista que precise inspiración para dar rienda suelta a su creatividad.

Igualmente, puede ser muy propicia para yoguis, meditadores o cualquier persona que busque una conexión más profunda con su esencia, ya sea a través de la introspección, de la oración, de la meditación, del tantra, del arte o de la contemplación de la naturaleza, ya que este signo nos permite apreciar la belleza sutil que sustenta la creación.

Puede también que sintamos la necesidad de estar cerca del mar, de deleitarnos en su hipnótica y relajante imagen mientras la Luna nos obsequia su brillo plateado danzando sobre las olas, o de escuchar música o de bailar.

De cualquier modo, nuestra alma nos está invitando a entregarnos a la experiencia de sentir profundamente, de permitirnos ser vulnerables, de abrirnos a percibir las energías que nos rodean, así como a conectar con la belleza sutil que se esconde tras las apariencias, esa que es invisible a los ojos pero que nutre nuestro mundo interior, nos inspira y reconforta.

Sin embargo, es importante estar atentos, ante esa mayor sensibilidad y vulnerabilidad interior y esa urgencia de autotrascendencia, a no caer en el lado más negativo del signo, ese que nos conduce a autoevadirnos, a través de vicios o adicciones.

Así mismo, el fanatismo, la tristeza, la negatividad, la autocompasión, la culpa, el sentimiento de soledad o abandono y la victimización e incluso la depresión pueden llegar a emerger en algún momento y alienarnos, por ello es tan importante la gestión emocional, una práctica espiritual sana y ecuánime, la inspiración creativa y la sanación en estos momentos en que todo nos llega más a la fibra y estamos más vulnerables.

En un sentido más positivo pueden llegar a florecer en nuestra alma una profunda compasión, entendida como amor incondicional, el perdón, la dulzura y la gracia, un sentimiento de plenitud y comunicación con la totalidad de la existencia. Dicho sea de paso, la Luna se encontrará en conjunción a la estrella fija Achernar, favoreciendo logros y prestigio en el ámbito espiritual, filosófico o intelectual, o conseguido gracias a la integridad o a unas convicciones firmes.

Por otra parte, es posible que necesitemos más tiempo a solas para poder disfrutar de nosotros mismos y de ese espacio de recogimiento interior que esta Luna llena puede propiciar, o bien, que precisemos compartir con nuestra sangha o familia espiritual. 

Y es que la Luna, como bien sabemos, representa, entre otras cosas, a la familia y al hogar. En este sentido, nuestro mundo familiar y afectivo, puede encontrarse inmerso en un momento de caos o confusión, e incluso de engaño o decepción, o bien en un tiempo mágico de ensueño que quisiéramos que nunca acabase.

Es posible que por algún motivo sintamos nostalgia de la familia, de la madre, o de alguna otra figura materna o afectiva en nuestra vida, pero también que tomemos consciencia de la conexión espiritual o trascendente que tenemos con esta y con nuestra familia en general, incluidos nuestros ancestros.

En cuanto a la casa, puede que haya cierto desorden en esta que debamos atajar con la ayuda del Sol en Virgo que nos invitará a ser organizados y a ocuparnos de cualquier arreglo que sea preciso hacer.

Por otra parte, Virgo representa, entre otras cosas, a las mascotas, por lo que la oposición del Sol en Virgo y la Luna y Neptuno en Piscis puede llevar a resaltar la labor de estos seres en la sanación del núcleo familiar. 

No obstante, puede que sea un momento de preocupación en casa por alguno de nuestros queridos hermanos animales, ya sea por algún problema de salud o por algún otro motivo.

Tanto la Luna como Neptuno están relacionados con nuestro psiquismo, así que cuando están en conjunción nuestras capacidades psíquicas pueden verse incrementadas, es posible, por ejemplo, que estemos mucho más intuitivos de lo normal o que tengamos sueños más vívidos o simbólicos, o incluso premonitorios. 

Las personas que ya de por sí son sensibles a los planos sutiles, como médiums, canalizadores o sanadores, podrán ver especialmente potenciados sus dones. 



La imaginación también se verá estimulada y estará sumamente fértil, lo cual puede ser muy favorable si la canalizamos de forma creativa pero también puede sabotear nuestro estado de ánimo o nuestra estabilidad psíquica si viene acompañada de negatividad, pudiendo llegar a deprimirnos, inquietarnos o emparanoyarnos. 

Así que es importante no dejarse envolver por fantasmas ni montarse películas de drama, observar los miedos y carencias que se esconden detrás de esa energía de negatividad y aprender a gestionarlos a través del trabajo interno y  de la sanación de la impronta de nuestra infancia y de nuestro linaje, con el debido acompañamiento terapéutico.

En otro orden de ideas, la conjunción Luna-Neptuno en Piscis puede afectar nuestro patrón de sueño, generando cierto estado de adormecimiento que puede afectar nuestro rendimiento en el día a día.

Puede que algunos duerman mejor que de costumbre, gracias a la energía de sedación que esta conjunción en Piscis proporciona, otros, sin embargo pueden estar padeciendo insomnio por algún problema relacionado con la vivienda, por preocupaciones familiares o afectivas, o bien debido al incremento de la actividad laboral que el Sol en Virgo propiciará, o a algún problema de salud que puede agudizarse con la conjunción Luna Neptuno, como podría ser un desajuste hormonal.

Así mismo, hay mayor propensión a problemas linfáticos y metabólicos, retención de líquidos, afecciones de los pies o de las mucosas, intoxicaciones y problemas digestivos, uterinos o de los pechos, o alteraciones del sistema nervioso, problemas mentales y enfermedades psicosomáticas.

Las defensas también pueden verse afectadas por alguna infección o problema subyacente que habrá que atender con la ayuda del médico y de una rutina más vitalizante, basada en el ejercicio y en la nutrición saludable y holística, el uso de las infusiones medicinales, así como también en la meditación, la relajación, la música y cualquier terapia holística que pueda sernos de utilidad y apoyar en nuestra sanación, como puede ser el reiki o la aromaterapia, integrando así la polaridad Virgo, con un enfoque fragmentado o específico pero también integrador del cuerpo,  que busca la sanación a través de la dieta, el ejercicio, la higiene y el uso de las plantas medicinales, así como en los cuidados médicos, la evaluación de las constantes de las analíticas, etc., y el enfoque holístico y espiritual de la polaridad pisciana, que concibe al cuerpo como un todo dinámico, vinculado estrechamente con nuestras emociones y nuestro estado psíquico, promoviendo así la sanación emocional y energética para sanar el cuerpo.

En definitiva, es un buen momento para promover la sanación a través de una medicina integrativa, más coherente, comprensiva y respetuosa con la complejidad de nuestra naturaleza humana. 

Pero esto no es todo, hay que tener en cuenta además que Neptuno actualmente se encuentra en movimiento retrógrado, por tanto nos invita a una revaluación de nuestros sueños e ilusiones, pudiendo incluso revivir en nosotros sueños del pasado con la idea de abordarlos desde una nueva perspectiva, más realista y  consciente, así como también a una revisión de las desilusiones y sufrimientos que atravesamos tiempo atrás, con la intención de que podamos rescatar el aprendizaje que quizá en ese momento no fuimos capaces de asimilar en toda su dimensión e integrarlo a la consciencia a la luz de nuestro actual estado evolutivo para que pueda sernos de utilidad ante futuras experiencias.

Por otra parte, nos hace un llamado a recapacitar acerca de las formas en que nos autoengañamos, autoevadirnos, autosacrificamos y autosaboteamos, de la tendencia al victimismo, el conformismo y a la negatividad que arrastramos como un lastre, a los vicios en los que volvemos a caer una y otra vez y que nos roban nuestra salud y nuestro autodominio, anulándonos y desorientándonos.



Abre también una oportunidad para profundizar en el perdón y la compasión empezando por aquellas culpas que nos carcomen interiormente y esos sufrimientos íntimos que no hemos atendido bien hasta ahora. 

Es momento pues de ir a lo más profundo de nosotros mismos con todo el amor incondicional posible, como lo haría una madre y abrazarnos sin juzgamiento, generando así en nuestro interior un espacio sagrado de sanación y reconexión con nuestra divinidad. 

Así mismo, nos regala la posibilidad de conectar de forma más profunda con el inconsciente colectivo, con nuestro mundo onírico y con nuestra intuición, afinando así nuestro sexto sentido, tan importante en estos momentos de caos que la humanidad atraviesa.

Igualmente, estará potenciando nuestra inspiración y nuestra imaginación, lo cual nos conducirá, si sabemos aprovechar esa energía, a ser más creativos, especialmente si nos dedicamos al arte o si estamos con ganas de embarcarnos a soñar con algo que realmente nos ilusione, aunque quizá sea preciso esperar a que Neptuno se ponga directo para que esos sueños puedan plasmarse de alguna manera.

Es posible además que nos sintamos con ganas de navegar de nuevo en aquello que nos inspiraba, nos ilusionaba, elevaba y endulzaba nuestra vida en el pasado, como por ejemplo, escuchar música o ver pelis que hace tiempo no escuchábamos o veíamos, visitar algún lugar o templo religioso al que hace tiempo no acudíamos, rescatar alguna práctica espiritual, revivir alguna experiencia romántica, etc. 

Seguramente cualquiera de estas experiencias las saborearemos más plenamente o al menos las veremos con otros ojos, puede que las vivamos con más disfrute, con mayor serenidad o con mayor intensidad, con mayor compresión, madurez o sencillez, con más naturalidad, con mayor implicación y con más presencia, en todo caso, con mayor consciencia, o al menos esa es la idea.

Júpiter, regente tradicional del signo de Piscis, es uno de los dispositores de esta Luna llena (además de Neptuno), y ahora se encuentra retrógrado en el aguerrido signo de Aries, proponiéndonos procesar todo el drama, el sufrimiento, los sueños, la magia, la inspiración y la espiritualidad pisciana, a través de una reafirmación de nuestra fe y nuestro sentido de la existencia y de una actitud interior de lucha por aquello en lo que creemos pero, sobre todo y ante todo, nos pide volver a creer en nosotros mismos, redescubrir ese gurú interior que sabe lo que realmente necesita para conectar a través de ese templo que es la propia alma, con su verdadera naturaleza, infinita y trascendente.

Lilith en Cáncer, se encontrará aspectando positivamente a los luminares durante el plenilunio, ya que estará formando trígono con la Luna llena en Piscis y sextil con el Sol en Virgo, aportando su profunda sabiduría emocional e instintiva y su poderoso psiquismo y favoreciendo el empoderamiento femenino en cuanto a su mundo emocional, facilitándonos a las mujeres el abrirnos a sentir aquellas emociones que habíamos reprimido para poder sanarlas y trascenderlas.

Así mismo, será propicia para las experiencias tántricas y los rituales mágicos, sobre todo aquellos destinados a la sanación, especialmente si esta es de tipo emocional y a la bendición de la casa, la familia, los afectos y lo femenino, como podría ser, por ejemplo, un ritual para propiciar la fertilidad o una bendición de útero.



Los luminares también se encontrarán formando aspecto con Urano en Tauro (un trígono el Sol en Virgo y un sextil la Luna en Piscis), facilitando cambios en cuanto a la economía y los recursos, como pueden ser premios o regalos sorpresa, algún gasto inesperado, alguna inversión repentina, con amigos o en asuntos relacionados con tecnología, gastos por mudanzas, etc. 

La autoestima y los valores, así como el cuerpo físico y la naturaleza también pueden sufrir algún cambio repentino o radical. 

En todo caso, sea cuales sean los cambios que podamos llegar a experimentar, estos se asumirán con sentido práctico, seguridad y una actitud paciente y perseverante, aunque nuestras emociones puedan estar removidas o que la atmósfera reinante sea de caos, amén de que el Sol en Virgo nos aportará resolución y discernimiento.

Así mismo, nuestros sentidos pueden estar más excitables y nuestra percepción puede verse incrementada de forma repentina. 

Estos aspectos también facilitarán tanto el trabajo y la ayuda entre amistades o en los grupos o redes sociales con las cuales interactuamos, así como una profunda familiaridad y empatía con grupos y amistades, todo lo cual, dado que Urano se encuentra en conjunción al Nodo Norte, podrá abrirnos la puerta a la prosperidad o contribuir a encauzar nuestros valores y renovar nuestra autoestima.

En un sentido más mundano, este plenilunio puede representar caos y confusión a nivel popular, así como una atmósfera de indefensión o vulnerabilidad que los gobernantes aprovecharán para aplicar medidas que prometan algo de orden y seguridad pero también para exigir a quienes ya no pueden dar más, culpando al pueblo de la desgracias que ellos mismos han generado con su mala gestión, generando aún más caos e incertidumbre con la intención de medrar pescando en río revuelto. Algunos, en su fanatismo, les seguirán el juego, sumidos en el adormecimiento masivo y en un sentimiento de conformismo ante la situación  y de dependencia ante aquellos que gobiernan.

Es un momento ideal, sin embargo, para que los mandatarios que aún conserven algo de honestidad y principios hagan autocrítica y tomen consciencia acerca de la manera como pueden depurar y perfeccionar su labor y aportar algo útil a sus países o comunidades. Es momento que recuerden que están donde están para servir al pueblo.

Por otra parte, la conjunción Luna-Neptuno en Piscis, puede propiciar movimientos telúricos, especialmente en el fondo de marino, máxime cuando Neptuno aún se encuentra en sextil con Plutón en Capricornio, estando este último dispositado por Saturno en Acuario que, como bien sabemos, representa, entre otras cosas, la ruptura de estructuras.

Así que no sería raro, aunque esperemos que no ocurra, que tuviera lugar algún tsunami.

Igualmente, pueden llegar a manifestarse otros fenómenos o problemas que afecten al mar u otros grandes cuerpos de agua, como ríos o lagos, y a la navegación, así como también inundaciones o problemas de cualquier tipo con el agua, o bien con el gas, también regido por Neptuno.



En otro orden de ideas, al representar la Luna lo femenino, puede que veamos reflejada la influencia pisciana y de la conjunción con Neptuno en algunas figuras femeninas relevantes, como puede ser a través de mujeres que destacarán en el ámbito de la espiritualidad o de las artes inspiradas, o que se encuentran atravesando un momento de drama, enfermedad o caos en su vida o, incluso, es posible la desaparición de alguna figura femenina relevante que puede conllevar cierto caos o confusión y dejar una especie de vacío en su país o comunidad.

Júpiter retrógrado en Aries, como dispositor de esta Luna llena, puede marcar un momento de replanteamiento de la lucha y las iniciativas a nivel político y quizá de tregua en algún conflicto bélico, máxime si consideramos que Mercurio, dispositor del Sol en Virgo, se encuentra en el diplomático signo de Libra, que aunque también tiende a ser conflictivo, está abierto al diálogo y a la posibilidad de conciliación, promoviendo así la paz. Ello, aunado al hecho de que Mercurio es, a su vez, dispositor de Marte, que aún se encuentra transitando por el comunicativo signo de Géminis, y que ese Marte se encuentra en sextil con Júpiter retrógrado en Aries, del cual es dispositor, podría favorecer el entendimiento.

Para finalizar, es importante recordar que la Luna llena es el momento cúlmine de la danza que el Sol y la Luna realizan en el cielo, con lo cual su impronta es la resultante de toda la performance energética que comienza en el momento de la Luna nueva y que se desarrolla durante el tiempo que está creciente y, aún más,  después de alcanzar su momento de máxima expresión durante el plenilunio, la impronta de este tanto como la del novilunio a partir del cual evolucionó siguen pulsando para cerrar el ciclo durante el menguante hasta dar origen a un nuevo ciclo, marcado la impronta de otras energías.

En este sentido, el recorrido de este ciclo lunar o lunación que tuvo su inicio con el novilunio en el signo de Virgo y que verá su clímax con el plenilunio pisciano, nos llevará, entre otras cosas, a reconocer como el orden puede ir derivando hacia el caos y cómo podemos estar prevenidos y usar nuestras capacidades de trabajo y organización ante ese caos para saber gestionarlo de forma eficaz y ser útiles ante el drama que ello puede representar, actuando de forma servicial, protectora y resolutiva, procurando hacerlo, como bien sugiere la presencia de Mercurio, regente tradicional de Virgo,  en el signo de Libra, de la forma más armoniosa y ecuánime posible. 

También es posible que tomemos consciencia de nuestra necesidad de ser menos críticos y más compasivos, así como de reconocer cuán vulnerables podemos ser a las críticas de los demás y cómo ello nos puede llevar a adoptar una actitud de víctimas o, por el contrario, a desarrollar una actitud receptiva de aceptación de nuestro caos y de aquello que realmente podemos mejorar e, incluso, a  desarrollar la compresión y compasión ante el ansia de control o perfeccionismo que algunas personas pueden llegar a tener, que muchas veces es reflejo de sus propias inseguridades.

Por otra parte, será una lunación para prestar mayor atención a la parte ritual y moral de la fe, para cuestionarla y ser críticos acerca de cómo la estamos gestionando, para desarrollar la fe respecto a los asuntos de salud o trabajo, adoptar una actitud de servicio ante aquellos que sufren o necesitan ayuda, perfeccionarnos como forma de purificación espiritual, mejorar la parte técnica de cualquier forma de arte inspirado, ver florecer la inspiración a través de nuestro trabajo, artesanía o labores manuales, ser más aplicados y organizados con nuestra práctica espiritual, así como también para encontrar el equilibrio entre lo racional y lo intuitivo, lo científico y lo espiritual, para lo cual es importante abrir y armonizar la mente. 

Cualquiera de estos desafíos pueden hacerse más evidentes durante el plenilunio cuando el Sol en Virgo se encuentre en oposición con la Luna y Neptuno en el signo de Piscis. 

Y no menos importante, será una preciosa oportunidad para saber apreciar la belleza sutil de las pequeñas cosas.

Deseo que tengáis una Luna llena muy auspiciosa en la que el tántrico abrazo de la madre divina os colme de paz, amor incondicional y sabiduría y que el Sol en Virgo os provea del discernimiento para saber distinguir lo ilusorio de lo trascendente, lo falso de lo verdadero, y os ayude a medrar en esta experiencia vital sacando el mejor provecho posible de vuestro potencial creativo, aportando así con vuestra labor ese granito de arena que el mundo necesita de cada uno de nosotros.




Nathacha Oura
Astróloga y Taróloga

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