Luna Llena en Virgo 2023




Cada Luna llena nos trae una nueva oportunidad de florecimiento en algún área de nuestra vida pues representa el momento cúlmine del ciclo lunar, a lo largo del cual ha ido creciendo en nosotros una intención, un propósito, una semilla, que hemos ido regando con nuestro trabajo interno en función de las energías reinantes en ese ciclo que corresponderían a la del signo donde ha tenido lugar el novilunio y la de aquel donde tendrá lugar el plenilunio, respaldadas o estimuladas por el resto de energías que constituyen el resto de signos zodiacales y que la Luna irá recorriendo a lo largo del ciclo lunar o lunación.

En esta ocasión, nos encontramos transitando un ciclo lunar que tuvo su inicio en el grado 01 del sensible, intuitivo y místico signo de Piscis y que tendrá su plenilunio o Luna llena en el grado 16 del perfeccionista, racional y pragmático signo de Virgo.

Esto quiere decir que durante el novilunio sembramos una intención de naturaleza sensible, inspirada, intuitiva, basada en nuestros sueños e ilusiones y en el enorme potencial creativo de nuestra imaginación, así mismo podemos haber sembrado un propósito de autotrascendencia, de comunión con lo sagrado, con aquello que es infinito, eterno e insondable, con todo aquello que va más allá de nuestro personaje vital, de nuestro cuerpo, mente y emociones, así como de las apariencias materiales y sensitivas, con la fuente divina de creación que silenciosamente sustenta la existencia y que a la postre constituye nuestra verdadera naturaleza.

Puede también que la intención que sembramos fuese una especie de caos creativo, como un mar de infinitas posibilidades, como un montón de sueños e ilusiones que quizá en ese momento no sabíamos muy bien como íbamos a plasmar en la realidad, haciéndonos sentir tan ilusionados como confusos y perdidos o que esta haya sido fruto de alguna desilusión, de alguna emoción de soledad, de pérdida, de abandono, de engaño o de traición, que nos dejó interiormente descolocados o, por el contrario, de un sentir de amor incondicional, de una necesidad de perdón y/o redención, de aceptación de nuestro propósito vital y de entrega al mismo.

Sea como sea, la propuesta de este ciclo nace de un lugar impregnado de una enorme sensibilidad, de una profunda emocionalidad, de un poderoso psiquismo, de un lugar que puede resultar muy vulnerable o hacernos sentir así, como también inspirarnos y mostrarnos toda la fe, la belleza sutil, la poesía, la magia, la plenitud y el amor incondicional que aún no habíamos reconocido en nosotros y que está pidiendo ser experimentado e integrado a la luz de la consciencia a lo largo del ciclo para sustentar desde esa energía sutil aquello que habrá de manifestarse de forma tangible, ordenada, virtuosa y pragmática a través del signo de Virgo durante este plenilunio y que a lo largo del ciclo irá tomando forma y mostrando sus matices, puliéndose, para que esa intención que sembramos en Luna nueva pueda brillar de la forma más nítida, clara y perfecta posible.

Hemos pues emergido de las misteriosas y hasta aterradoras profundidades abisales del inconsciente y navegado por los fértiles y encantadores mares, a veces calmos, a veces tempestuosos de nuestro mundo emocional para arribar al puerto firme y seguro desde donde llegaremos a los prósperos campos donde cosecharemos aquello que hemos ido trabajando en nuestro interior a lo largo de esta mágica, alucinante, confusa y caótica travesía lunar que se irá volviendo más racional, realista y certera de cara al plenilunio virguiano.

Y es que Virgo, signo opuesto de Piscis, aporta claridad donde este tiene dudas, orden donde este exhibe caos, síntesis y practicidad, donde este plantea dispersión y complejidad, concentración donde este muestra despiste, preocupación por el detalle donde este abarca la totalidad, una totalidad fértil y creativamente caótica en la que Virgo cumple la función de organizar ese caos y hacer que se fragmente en miles de formas lógicas con una utilidad propia y prospere.

Es así, en esta mágica y lógica sinergia que Virgo y Piscis dan curso al viaje de la consciencia desde los mundos sutiles al mundo de las formas, gracias a la acción inspiradora de Piscis y manifestadora de Virgo.

Un mundo de formas que, tarde o temprano, Piscis acabará por disolver, haciendo que Virgo se repliegue sobre sí mismo como un rompecabezas cuyas piezas van fusionándose y desapareciendo la una en la otra hasta, finalmente, disolverse por completo en una totalidad sin divisiones ni diferenciación alguna.

El plenilunio en Virgo nos propone el desafío de reconciliar y conjugar la acción intuitiva, la creativa imaginación, la activa inspiración y la poderosa sensibilidad y magnetismo del Sol en Piscis con la emocionalidad pragmática, la sensibilidad de tipo práctico, la necesidad de orden, trabajo y perfeccionamiento y la capacidad de nutrición y protección a través del servicio y los detalles, del signo de Virgo.

Con la Luna llena en Virgo nuestro mundo interior estará impregnado de racionalidad y realismo. Su energía promueve el cuestionamiento de los instintos, las emociones y el psiquismo, haciendo una criba de todo aquello que realmente puede sernos útil en un sentido práctico y buscando generar un orden en ese caos que interno con el que pudimos encontrarnos de cara al novilunio.

De alguna manera, puede decirse que este plenilunio viene a hacernos tocar tierra. A pararnos en la realidad tangible y dejar de fantasear de forma desmesurada a nivel emocional e instintivo pues, mientras Piscis vive de ilusiones, Virgo sólo se contenta con aquello que puede palpar, medir o comprobar de alguna manera, con aquello que tiene un sentido lógico y que tiene alguna función o utilidad. Mientras Piscis sueña e inspira, Virgo analiza y resuelve.

Esta Luna también nos vuelve exigentes a nivel emocional, al mismo tiempo que protectores, lo cual se hará notar especialmente en nuestros vínculos familiares y afectivos, dando tendencia a preocuparse y cuidar al detalle del otro, pudiendo llegar incluso a sobreprotegerle.

Así mismo, la Luna virguiana es propensa a la crítica en el ámbito hogareño y afectivo, pues busca el perfeccionamiento y la eficiencia. Esto es así porque arquetípicamente Virgo se asocia al mito de la Diosa Astrea, hija de Zeus y Temis, la cual fue destinada a la Tierra durante la edad de oro, que era la de una humanidad idílica, pura e inmortal, muy distante de lo que es nuestra sociedad actual.



En este sentido, es importante recordar que la perfección es un ideal difícil, por no decir imposible, de alcanzar, por lo que hemos de aprender a aceptar que no somos perfectos, sin embargo sí que somos perfectibles, es decir, siempre podemos mejorar si realmente nos lo proponemos, pero hemos de ser amables y compasivos para evitar caer en sobreexigencias neuróticas que pueden resultar agotadoras tanto para uno mismo como para los demás, así como críticas destructivas que pueden llegar a ser muy dañinas para el autoestima y para la salud mental y emocional y para la armonía de nuestras relaciones.

La función crítica de la Luna en Virgo debe estar moderada por la sensibilidad en su accionar del Sol pisciano, y ha de tener como finalidad construir, contribuir al desarrollo y la prosperidad, entendida en su sentido más amplio, de aquel a quien va dirigida.

Sea como sea, estaremos más pendientes de nuestros familiares y afectos, prestos a servirles en aquello que podamos y demandando también su ayuda o servicio en aquello que precisemos.

La forma que tiene de nutrir esta Luna es así, muy pragmática, reparando más en los asuntos prácticos del día a día, como lo son las labores hogareñas, el hacer la compra, el preparar y servir la comida, la limpieza y la higiene, la atención de la salud de los familiares y la seguridad del hogar.

Esta es su forma de demostrar afecto, a través del trabajo y el servicio cotidiano, dejando poco espacio a una afectividad más dulce y directa. Y es que la Luna en Virgo suele expresar su afecto con hechos, no con palabras ni con carantoñas, sino con actos de servicio y pequeños detalles o atenciones, a través de los cuales muestra el cariño que siente por otros.

En otro orden de ideas, los asuntos prácticos de la casa estarán a la orden del día. Es posible, por ejemplo, que tengamos que hacernos cargo de algún arreglo, o que decidamos hacer una limpieza más exhaustiva de lo habitual o poner en orden algún rincón olvidado que está pidiendo a gritos más atención.

Y en general, durante este plenilunio estaremos más preocupados por todo lo relativo a la higiene, la limpieza, la seguridad, la nutrición y el ejercicio, así como también por nuestros animales o mascotas.

Es una buena Luna para conectar más con la naturaleza, sobre todo con el campo y las cosechas, representados por este signo de tierra que, entre otras cosas, tiene que ver con el trabajo y la prosperidad obtenida a través del este.

Ceres, planeta asociado a la Magna Mater, diosa madre de la naturaleza, deidad de los cereales y las cosechas, es uno de los regentes modernos de Virgo, el cual comparte su regencia con Vesta, asteroide representado simbólicamente por esa virginal diosa del hogar, guardiana del fuego sagrado, con Palas, asteroide asociado a Palas Atenea, diosa de la verdad, la sabiduría práctica, así como de las artes y oficios, la estrategia, las artes de la supervivencia y la lucha justa, con Higia, asteroide vinculado simbólicamente a Higia, diosa de la salud, curación y la higiene, y con el tradicional Mercurio, asociado al Dios del comercio y la elocuencia.

Sabiendo esto, aunado al simbolismo de Astrea, a cuyo mito este signo se encuentra asociado, se comprende que a Virgo es prolijo en virtudes y habilidades, pero también tiene sus defectos, como todo signo, entre los cuales destacan su carácter obsesivo y crítico que pueden dificultar sus relaciones y convertirlo en un tiquismiquis, su alto nivel de autoexigencia, que puede resultar agotador, y su cerrazón mental, que le dificulta el acceso a una visión más holística de la existencia.

En otro orden de ideas, es importante recordar que la Luna también tiene que ver con la cotidianidad, con nuestro diario vivir, y Virgo es rutinario por naturaleza, además de muy trabajador, un signo que acostumbra a llenar su día con múltiples ocupaciones, por ello, durante este plenilunio y a lo largo de este ciclo lunar, es normal que prestemos mayor importancia a nuestra rutina diaria, a nuestro trabajo y ocupaciones, sean cuales sean, procurando en todo caso sentirnos útiles, eficaces y productivos.

Una recomendación que suelo hacer en torno a esta Lunación es hacer uso de una agenda u organizador de tareas, cosa que a Virgo le encanta pues le facilita cumplir a cabalidad con todas sus ocupaciones. Y si ya la seguimos usando el resto del año o incluso de nuestras vidas, esa área de nuestra carta natal donde tengamos al signo de Virgo nos lo agradecerá especialmente.



Sea como sea, aquello que hagamos en nuestro día a día lo haremos más concentrados, prestando mayor atención al detalle, buscando estar precavidos ante cualquier eventualidad, procurando poner orden allí donde hay caos, y con un cierto afán de perfección.

Es importante, no obstante, no caer en las neuras u obsesiones, típicas de este signo, así como en el exceso de preocupación y de trabajo, pues ello podría pasarnos factura y dejarnos agotados energéticamente al final del ciclo.

Hay que tener en cuenta además la tensión añadida por la T cuadrada de la que estarán formando parte los luminares con el planeta Marte en Géminis como foco de esta configuración cósmica que nos invita, entre otras cosas, a reconciliar la practicidad, el raciocinio, el orden y la capacidad de síntesis de Virgo con la intuición, la sensibilidad, la inspiración y la profundidad de Piscis, ante el desafío alguna iniciativa de tipo intelectual.

Esta dinámica celeste podría, por otra parte propiciar conflictos comunicacionales debido a mal entendidos, despistes, engaños, críticas o verdades que salen a la luz.

Pueden presentarse por ejemplo disputas por la autoría de escritos o debates acalorados en los medios de comunicación en torno a fake news que no van a colar tan fácilmente a la población que en estos momentos se mostrará más prudente, incrédula y crítica con según que informaciones.

Es recomendable, así mismo, estar más atentos de lo habitual en la conducción pues con esta T cuadrada, enfocada por Marte en Géminis, y Mercurio, dispositándolo en el signo de Piscis, hay mayor propensión a accidentes viales pues este signo tiende al despiste, la confusión, la somnolencia, así como a sentirse atraído, en mayor o menor medida, por ciertos vicios o adicciones tales como el alcohol o las drogas que, especialmente a la hora de conducir, pueden jugar una mala pasada, así que hay que estar prevenido ante despistes e imprudencias, adormecimientos o pérdida de conciencia, así como también ante confusiones generadas por mala señalización, ante baja visibilidad por neblina o frente a alguna situación de caos vial.

A esto hay que añadir que Neptuno que está en conjunción al Sol en el signo de Piscis y en oposición con la Luna llena virguiana, también se encontrará formando una T cuadrada con esta última y con Marte en Géminis, que por lo tanto será foco también de la misma. La implicación de Neptuno en dicha configuración refuerza pues el riesgo de accidentes viales por despistes, confusiones, imprudencias, sueño o desvanecimientos.

Neptuno en Piscis formando parte de esta configuración también puede facilitar los olvidos o desvaríos a los que la Luna en Virgo tendrá que hacer frente aportando claridad, discernimiento y sentido común, no obstante, la presencia de Mercurio, dispositor tradicional de la Luna llena Virguiana en el difuso y complejo signo de Piscis, donde además se encuentra caído y, por lo tanto, debilitado, puede acabar distorsionando esa claridad y esa verdad que el signo de Virgo procura. Es como si no tuviéramos muy claro que eso que consideramos cierto realmente lo es, haciéndonos dudar de nuestras ideas e incluso, de nuestras percepciones. 

Así que habrá que tener especial cuidado con cualquier tipo de engaño, estafa o manipulación, sobre todo de tipo religioso pues el dogmatismo y el fanatismo estarán a la orden del día, mientras que nosotros podemos encontrarnos interiormente más flexibles, vulnerables e influenciables de lo que normalmente se podría esperar en un plenilunio virguiano. No obstante, si sabemos mantener la cautela y el discernimiento a flote pillaremos las mentiras o las imprecisiones a tiempo resistiéndose a tomar decisiones precipitadas o a embarcarnos en iniciativas poco fiables.

Por contraparte, puede que se nos esté invitando, en cierta instancia, a hacer un voto o salto de fe en el ámbito de nuestra vida representado por la casa en la que tenemos al signo de Piscis en nuestra carta natal pero ello será en detrimento de ese pragmatismo, racionalidad y prudencia que la Luna en Virgo suele precisar para sentirnos seguros y protegidos y comportará el riesgo de acertar o no con nuestra intuición y nuestras percepciones.




En todo caso, Neptuno añadirá una dosis extra concentrada de inspiración, sensibilidad, encanto, intuición, fe e imaginación y amor incondicional a cualquier desafío intelectual o comunicacional que estemos iniciando, liderando o por el que nos encontremos luchando, que habrá que saber reconciliar y equilibrar con la energía más bien pragmática, productiva, lógica y analítica que la Luna llena Virguiana está movilizando en nuestro interior y que, con Mercurio en Piscis, busca una salida sensible e inspirada.

Por su parte, el Sol en Piscis estará siendo flanqueado, por un lado, por Mercurio y, por otro, por Neptuno, formando parte así de un stellium en el signo de Piscis, donde también tendremos a Saturno estrenando su tránsito por este territorio zodiacal de naturaleza caótica, misteriosa y altamente sensible.

Los primeros estarán conjugando la acción y la comunicación sensible, intuitiva e inspirada, reforzada por la profunda sensibilidad de Neptuno, que está fuerte en su domicilio, pero este combo también puede propiciar cierto caos, confusión y desinformación en torno a acciones evasivas, poco claras o poco prácticas, todo ello confrontado por una Luna que precisa orden , claridad, verdad y honestidad, que lo cuestionará todo y no se conformará con las medias tintas ni las incongruencias que pueden surgir no sólo en el ámbito personal sino colectivo, a través de los montajes y fake news, así como de los engaños y medidas populistas de mandatarios y otros personajes resaltantes que son capaces de vender humo en un intento desesperado por conservar su poder y/o su fama, amén de esa disposición de la Luna por parte de Mercurio en Piscis que, como he mencionado anteriormente buscará, a toda costa, la manera de convencernos de lo insólito y de justificar lo injustificable.

No en vano, en la mitología el dios Mercurio es considerado patrón de los ladrones y de los comerciantes, y cuando este planeta está Piscis exhibe una habilidad especial para camuflar sus intenciones y para vender la moto, como se suele decir.

Por ello, hay que ser el doble de prudentes y recordar que estamos en un mundo de ilusiones, que esta existencia como tal ya es una ilusión en sí en la que cada actor interpreta su personaje, y la mayoría de las veces actuamos a conveniencia de nuestros propios fines egóicos, no siempre con la suficiente consciencia como para tener en consideración a los demás, así que a cada uno corresponde trascender ese ego para poder ser más íntegro y compasivo, esa es la invitación más elevada que nos tienden, respectivamente, la Luna llena en Virgo y el Sol en Piscis.

En otro orden de ideas, este es un tiempo que puede resultar desafiantemente productivo para artistas y personas del ámbito de las artes, la espiritualidad o aquellas dedicadas a labores de servicio o voluntariado pues puede motivarles a perfeccionarse y ocuparse de asuntos prácticos que son necesarios para aterrizar la inspiración creativa y las aspiraciones trascendentes de unos y de otros.

Saturno también los ayudará en este sentido pues les aportará disciplina, paciencia y perseverancia. No obstante, les exigirá un mayor esfuerzo y les pedirá cierta austeridad y pragmatismo.

Este planeta, en su tránsito por el signo de Piscis, ha venido, entre otras cosas, a poner orden en el caos, a marcar límites a todo aquello que resulte engañoso o incongruente, a procurarnos maduración espiritual, a demandar que nos tomemos más en serio nuestra sensibilidad e inspiración, dotándolas de un sentido práctico, a pedirnos ciertos sacrificios para alcanzar nuestras metas, a enseñarnos a ser más realistas y invitarnos a plasmar nuestros sueños con disciplina y esfuerzo sostenido.



Así mismo, Saturno en Piscis nos enseñará a través del dolor y el drama, los engaños, el sacrificio, la entrega, el amor incondicional y el perdón, diluyendo las murallas que habíamos levantado y las corazas que habíamos construido para autoprotegernos, permitiéndonos conectar con nuestra vulnerabilidad a un nivel más profundo y haciéndonos más compasivos gracias a sus pruebas y desafíos.

Igualmente, disolverá los límites autoimpuestos que dificultan la realización de nuestros sueños, a la vez que nos enseñará a ser más realistas para distinguir lo factible de lo utópico.

Esto es que lo podremos experimentar a lo largo del tránsito de Saturno, arquetipo relacionado con el tiempo y la materia, en esa área de la vida representada por la casa/s de nuestra carta natal donde este tenga lugar a lo largo de su recorrido de aproximadamente dos años y medio por este signo.

Por último, recordemos que Urano aún se encuentra en su tránsito por el signo de Tauro propiciando cambios radicales, lentos pero seguros que, de cara al plenilunio, se verán respaldados y facilitados por la inspiración creativa del Sol en Piscis y la cuidadosa organización y planificación cotidiana de la Luna en Virgo, a través de un sextil y un trígono, respectivamente, con los que los luminares estarán respaldando su proceso.

Así mismo, esa enorme creatividad pisciana aunada a la necesidad de trabajo y prosperidad y virtuosismo de Virgo pueden propiciar cambios positivos a nivel económico, de recursos y/o de valores. Valga decir que la productividad a través de las redes sociales puede verse especialmente favorecía por estos aspectos.

De igual manera, ese amor incondicional, empatía y comprensión que, generosamente, dispensa el Sol en Piscis y la necesidad de integridad y de perfeccionamiento de la Luna en Virgo contribuirán a promover esa renovación de la autoestima que Urano en Tauro nos viene proponiendo hace tiempo.

Deseo que esta Luna llena nos cobije con su protección brindándonos un espacio seguro en el que disfrutar de la sensibilidad que el Sol, Mercurio y Neptuno en Piscis quieren ofrendar a nuestra alma.

Aprovechémosla, entre otras cosas, para poner orden nuestro caos, para cuidar de nuestros afectos con detalles especiales y reconfortarlos con dulces y sanadoras palabras, para purificar nuestras emociones y obrar en nuestra sanación, para trabajar en compañía de una buena música permitiendo fluir nuestra imaginación y dándole un sentido práctico para poder ser así más productivos, y sobre todo para conducir nuestra autoindagación o trabajo introspectivo a un punto de rendición ante el encanto de nuestra verdadera naturaleza, trascendente, infinita y eterna.



Nathacha Oura
Astróloga y Taróloga

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