Luna Llena en Leo 2023



El fuego es el elemento primordial de la creación, un elemento dinámico, cálido, vibrante e iluminador, capaz de quemar y devorar pero también de pero también de guiar con su luz y reconfortar con su calor.

Es, sin duda, el descubrimiento más importante que el ser humano ha hecho en toda su aventura evolutiva sobre la tierra, pues sin este le habría sido imposible sobrevivir.

Y es en el signo de Leo que este elemento se muestra con toda su fuerza y majestad.

Si en Aries tenemos la chispa inicial, y en Sagitario las brasas que, aún siendo susceptibles de apagarse, pueden volver a avivarse, en Leo el fuego se presenta vibrando plenamente en forma de llama.

Este plenilunio que tendrá lugar en el grado 16 del signo de Leo, vendrá pues a avivar la llama del alma, a hacer resplandecer nuestro fuego interior.

Este signo aporta fuerza y valentía, poder y vitalidad, pasión y entusiasmo, creatividad y brillo.

Cuando la Luna se ve florecer en luz con este signo como telón de fondo, la energía femenina que este astro representa cobra protagonismo, como una actriz maravillosa que nos impacta con su imagen deslumbrante, como una reina nocturna sobre la cual se vierte la atención.

Nuestro mundo inconsciente se manifestará de forma vibrante y poderosa a través de los sueños, la intuición, las corazonadas y cualquier otra expresión de nuestro psiquismo. De hecho, este plenilunio favorece el reconocimiento y potenciación de cualquier don psíquico que podamos poseer.

Así mismo, nuestros instintos y emociones emergerán con fuerza y demandarán ser visibilizadas y expresadas plenamente.

Es momento pues de que la mujer salvaje se haga presente, de que ese lado más animal de la naturaleza femenina brille para ser reconocido y abrazado.

Todos tenemos, independientemente de nuestro sexo y género, una energía masculina y una energía femenina en nosotros, cuyos arquetipos fundamentales son, respectivamente, el Sol y la Luna.

Es esa dualidad energética la que nos permite estar encarnados en este plano transitando esta experiencia evolutiva, una dualidad que busca ser integrada en nosotros y que en cada plenilunio se muestra en todo su esplendor, tanto en el cosmos celeste como en el cosmos interior, como una invitación a tomar consciencia de ella, presentándonos a ambas energías confrontadas para que, honrando la naturaleza de cada una, nos demos a la tarea de reconciliarlas.

En esta oportunidad, el Sol, desde la libertad e irreverencia propia del signo de Acuario proyectará sus rayos sobre ese mágico espejo que es la Luna, para ser reflejados con el poderío, la intensidad y claridad del signo de Leo.

Ambos, Leo y Acuario, a pesar de sus diferencias al ser signos diametralmente opuestos, tienen en común su enorme creatividad, esa que permite a Acuario innovar, generar multiplicidad de ideas, descubrir y manifestar multiplicidad de formas y a Leo jugar y autoexpresarse, actuar y brillar.

Y es que la Luna llena leonina representa no solamente a esa reina madre que nos guía con su luz clara y radiante, ese contenido inconsciente que es revelado a la luz de la consciencia de forma majestuosa, sino también al niño/a interior creativo/a y juguetón/a que ella alberga en su seno, ese/a que con su extroversión y espontaneidad nos hace sentir vivos.

Este plenilunio viene pues a conjugar ambas polaridades, acuariana y leonina, a través del reconocimiento de nuestro papel activo como cocreadores de la realidad y de ese niño interior juguetón, vibrante y poderoso que necesita expresar su creatividad a través de la imaginación y que precisa ser reconocido.

Es momento pues de conciliar a través de ambas polaridades, masculina y femenina, toda la fuerza de nuestro potencial creativo, permitiéndole expresarse libremente al reconocer, aceptar, abrazar y cultivar nuestros dones y talentos.



Así que es importante atender a ese llamado del animal interno que desea rugir y mostrar su poderío, de ese niño interior que necesita autoexpresarse, de esa energía vital que precisa crear, de esa luz que, respondiendo a su naturaleza sagrada, divina, busca, de forma natural, resplandecer, iluminar, guiar.

Y es que la luz de Leo representa también la Luz crística, la luz del guía, del maestro, la llama de la antorcha celestial que es el Sol, su regente, arquetipo tanto del padre como del hijo divino, símbolo pues del Cristo, la Luz del mundo.

Cuando la Luna, esa divina matriz cósmica, alberga en su seno la Luz del Sol acuariano, entronada en el flameante y luminoso signo de Leo, el arquetipo crístico, entendido en un sentido universal, irradia y expresa su luz de múltiples formas para que la luz del Cristo interior pueda florecer en cada quien.

Es tiempo entonces de reconocer y abrazar esa llama divina que habita en el alma humana, esa que vibra en cada uno de nosotros y que florece a través de nuestra creatividad, de nuestro brillo y generosidad.

Es también un momento clave para tomar mayor consciencia de nuestra dimensión emocional y hacer un trabajo interno de iluminación que permita quemar simbólicamente en esa llama leonina todo aquello que nos ha reprimido y alienado impidiéndonos brillar.

Este trabajo interior será finalmente completado por el Sol, dispositor de esta Luna llena leonina, el cual será capaz, desde el signo de Acuario, de liberar a ese animal enjaulado, a ese niño interior que, de alguna manera, haya podido estarse sintiendo anulado o reprimido, ese niño que está ansioso por jugar, crear y cocrear y que ambiciona poder descubrir, inventar y brillar de forma original, en función de su propósito.

En este sentido, es importante que cada quién responda a esta invitación de acuerdo a la impronta de su Sol natal que es el que hace referencia al propósito vital, por tanto, tener en cuenta la posición de nuestro Sol de nacimiento, tanto por signo como por casa, será muy importante, así como también las casas de nuestra carta natal por las que se encuentren transitando la Luna leonina y el Sol acuariano para el momento del plenilunio pues ese será el campo o esfera de la vida donde esa energía lunar nos pedirá jugar y crear, autoexpresarnos, y donde la energía solar canalizará esa necesidad de autoexpresión de forma creativa, polifacética, sorpresiva, cambiante, revolucionaria, liberadora, renovadora y original, en función de la energía que nuestro Sol natal trae como impronta.

No obstante, durante el plenilunio, el Sol se encontrará haciendo conjunción a Saturno en Acuario, invitándonos a organizar ese caos creativo para darle forma y a aplicar una buena dosis de esfuerzo y disciplina para ser capaces de cristalizarlo, haciéndolo de forma original e innovadora.

Mientas, la Luna leonina se encontrará haciendo oposición a este dúo planetario, y es ahí donde nuestro niño/a interior se puede llegar a sentirse algo coartado en su espontaneidad ya que habrá de comprender que la libertad del acto creativo implica también la responsabilidad de llevarlo a cabo y que a veces jugar puede conllevar seguir ciertas normas y respetar ciertos límites.

En este sentido, tendrá dos opciones, aceptar autoexpresarse de la forma más creativa posible dentro de ciertos parámetros o normas, o bien, reaccionar a través de la energía del Sol acuariano, dispositor de la Luna llena leonina, de forma rebelde, irreverente, transgrediendo las normas o reinventándolas a voluntad, de tal manera que pueda dar curso libremente a su autoexpresión.



Esto, según el grado de consciencia desde el que se esté operando puede ser experimentado como un mero capricho del ego o como un acto consciente de empoderamiento en función de las demandas de nuestro propósito vital.

Eso sí, hemos de estar preparados, en todo caso, ante actitudes represivas o de rechazo frente a nuestra necesidad de autoexpresión, de brillo y de reconocimiento, o quizá puede que seamos nosotros mismos los que nos encontremos reprimiendo nuestra libertad creativa ante la necesidad de sentirnos aceptados, o que seamos nosotros los que coartemos a los demás anulándolos, aplastando su orgullo o cercenando su dignidad, en una actitud arrogante de castigo o llevados por el sentimiento de superioridad que puede surgir cuando se detenta o posición de influencia, de autoridad, o un liderazgo mal entendido.

Sea como sea, la atmósfera emocional de este plenilunio será intensa y revitalizadora, dramática y apasionada. Pudiendo verse reflejada en esta tanto los defectos como las virtudes del signo de Leo.

Será posible entonces ver emerger el egoísmo, los celos, la posesividad, el orgullo, la arrogancia, como también la dignidad, la generosidad, la creatividad, la claridad, la vitalidad, la fuerza, la valentía, el empoderamiento.

Hay además una tendencia a adoptar actitudes infantiles y egocéntricas o bien paternalistas y protectoras, así como también roles de guía o maestro, especialmente con nuestros familiares y afectos.

Se harán también patentes la necesidad de reconocimiento y liderazgo a través de aquella/s área/s de la vida representada/s por la casa de nuestra carta natal en la que tenga lugar el plenilunio.

La invitación, en todo caso, es a tomar consciencia de esas necesidades que precisan ser satisfechas y de esas emociones que piden ser reconocidas atendidas y, en algunos casos trascendidas, para lo cual el Sol en Acuario cumplirá su función liberadora de los condicionamientos egóicos que, de alguna manera, nos atenazan, así como de las estructuras que han sustentado al ego, representadas por Saturno que, al estar este en Acuario, piden un derribo o una renovación por encontrarse ya caducas o no estar vibrando en coherencia con nuestro actual estado de conciencia.

El Sol acuariano nos ayudará a desapegarnos y a desdramatizar, potenciando e incentivando las cualidades positivas de la Luna llena leonina y facilitando la liberación de aquellas características negativas de esa animalidad descontrolada que nos devora el alma, como pueden ser los celos, la posesividad o el afán de dominio, permitiéndonos gestionar el ego a través de la sabiduría para ser capaces de canalizar su enorme potencial creativo.

Esta dinámica energética la vemos muy bien reflejada a través del Tarot en el Arcano de la Fuerza, en el que la inteligencia superior domestica los instintos, permitiéndonos experimentarlos de forma consciente, sana y creativa.

En este Arcano se nos insta a conjugar nuestra naturaleza humana y animal, reconociendo la divinidad como algo inherente a ambas, lo cual permite integrarlas, desarrollando la inteligencia emocional a la par que damos cauce a nuestro potencial creativo, permitiéndonos experimentar de forma consciente el fuego sagrado de nuestra sexualidad, nuestro cuerpo y nuestras emociones, jugar, crear y brillar, fuertes y empoderados, siendo capaces de estar presentes en el aquí y el ahora y de realizar el autodominio que consiste no en reprimir sino en saber gestionar y canalizar con inteligencia y sabiduría esas fuerzas animales, instintivas, telúricas que también forman parte de este avatar humano que estamos encarnando en esta apasionante aventura evolutiva.

Esta carta pues, resume bien el trabajo central de esta Luna llena, conciliar nuestra naturaleza humana con nuestra naturaleza animal y permitir que la divinidad que somos en esencia brille y se exprese libremente a través de estas, en toda su majestad y plenitud.



No obstante, hay que tener en cuenta muy especialmente los aspectos que la Luna y el Sol se encontrarán formando durante el plenilunio.

En este sentido, contaremos con una T cuadrada formada por el Sol en Acuario, la Luna en Leo y Urano en Tauro, siendo este último dispositor moderno del Sol en este plenilunio y durante todo su tránsito por el signo de Acuario, además de constituir el punto focal de esta T cuadrada.

Dicha configuración planteará, en este caso, el desafío de aplicar o encajar ciertos cambios radicales que podrían poner en juego nuestra estabilidad pero que son necesarios para que la dinámica creativa que propone este plenilunio pueda llevarse a cabo pues son estos los que estimularán esa creatividad.

Puede que estos tiempos de cambio afecten a nuestro bolsillo o recursos, o bien puede que nuestro momento evolutivo nos esté demandando aprender a manejar nuestro dinero, bienes y/o recursos de una manera que sea radicalmente diferente, a encontrar formas originales de gestionarlos para que podamos ser más productivos, y es allí donde, de alguna manera, nos sentiremos en algunos casos motivados y en otros incluso forzados a hacer uso de nuestra creatividad, a atender la necesidad de brillar, de destacar, de dar voz a nuestros dones y talentos de forma innovadora.

Hay que entender que estamos en un mundo donde la premisa es el cambio y ello nos obliga a mantenernos actualizados, a renovarnos constantemente, no podemos darnos el lujo de estancarnos en formas que ya no funcionan.

El reto consistirá en ser fieles al espíritu del cambio sin por ello traicionar nuestro propósito, en usar nuestros recursos de forma original para poder canalizar ese propósito de forma original, creativa y productiva.

Estamos atravesando a nivel colectivo una crisis de recursos y de valores, la cual nos impulsará a ser creativos e innovadores, a reinventarnos y a buscar la forma de ser más libres o autónomos respecto a la manera en que gestionamos nuestros recursos y establecemos nuestros valores siendo capaces de evolucionar y evitando ser arrastrados por la decadencia y el borreguismo.

La tecnología, representada por el planeta Urano, puede presentar algún desafío o dificultades en este momento, bien por no contar con los recursos tecnológicos que faciliten nuestra expresión creativa o porque esta falle de alguna manera complicado nuestras actividades.

El clima, influenciado también por Urano, puede verse igualmente afectado por esta T cuadrada que, con la polaridad de las energías acuariana y leonina participando de esta,  puede propiciar tanto lluvias torrenciales y frentes fríos en algunos puntos del planeta y olas de calor en otros puntos del mismo en torno al plenilunio o a lo largo del ciclo lunar.

De igual manera, esta T cuadrada con Urano como punto focal puede propiciar caos y desastres no sólo naturales sino provocados por la mano del hombre, o bien, por problemas técnicos o tecnológicos, así que los accidentes y los fallos eléctricos o en las telecomunicaciones, pueden estar a la orden del día, así como una mayor incidencia de terremotos, derrumbes, explosiones e incendios. 



Estos últimos suelen ser más habituales de lo normal durante los ciclos lunares en los que Leo tiene protagonismo, ya sea por ser lugar del novilunio o del plenilunio, como en este caso, esto es por la relación simbólica que guarda este signo con las llamas del elemento fuego, por esto es importante prestar mayor atención a las cocinas y a cualquier cosa relacionada con el fuego, así como también a todo lo relativo a la electricidad, regida por Acuario, que como signo opuesto comparte el protagonismo con Leo durante este ciclo lunar por ser el escenario donde tuvo lugar el novilunio que le dió inicio y desde donde el Sol proyecta sus rayos sobre la Luna en este plenilunio.

Por otro lado, tendremos a la Luna en Leo y al Sol en Acuario, formando un trígono y un sextil, respectivamente, con Quirón en Aries, que facilitará, a través de la necesidad de brillo y reconocimiento, la aceptación de nuestros talentos y la expresión creativa, valiente y apasionada de nuestras necesidades, instintos y emociones por medio de acciones libres e innovadoras, la sanación de alguna herida relacionada con la identidad, la autenticidad, el liderazgo, el emprendimiento, la competitividad, la independencia, la energía masculina, el impulso sexual, o bien con la ira, la agresividad o la violencia.

Ambos aspectos astrológicos, aunados a la oposición entre la Luna en Leo y el Sol en Acuario estarán conformando una configuración conocida como media cometa cósmica, la cual puede facilitar la concreción de aspiraciones con un mínimo de esfuerzo sacando provecho de nuestras relaciones o alianzas pero también podría suponer el tener que atravesar por algún tipo de conflicto o confrontación para conseguir aquello que deseamos o simplemente el tener que soportar la oposición o el rechazo de aquellos a los que por algún motivo no conviene o interesa nuestro beneficio y la conquista de nuestras aspiraciones, sin embargo ello puede ser un aliciente para poner más dinamismo y entusiasmo en su consecución.

Es posible, por ejemplo, que a través de algún hecho o circunstancia conflictiva o desafiante atestigüemos que en nuestro interior hay la suficiente capacidad, valentía y empoderamiento como para luchar por conquistar nuestros deseos, así como también para defendernos, si es preciso, ante cualquier peligro o amenaza.

Y quizá, lo más importante que esta dinámica energética puede ofrecer es la oportunidad de conquistarnos a nosotros mismos, de tener la suficiente claridad interior que nos permita autoafirmarnos, reconociendo nuestra individualidad, autenticidad e impulso vital más allá de cualquier vulnerabilidad o de cualquier herida que haya podido debilitar al yo.

Por otra parte, con el sextil entre el Sol en Acuario y Quirón en Aries, las acciones llevadas a cabo por medio de nuestras interacciones con grupos o amistades o a través de las redes sociales pueden resultar en una dinámica sanadora en alguno de los aspectos mencionados anteriormente.

A esto hay que añadir, un trígono entre el Sol en Acuario y Marte en Géminis y un sextil entre este último y Quirón en Aries que, aunados al sextil entre el Sol y Quirón estarán conformando una figura de aspectos denominada Gran Trígono menor, la cual es sumamente positiva pues facilita la fluidez, la comunicación y el logro de nuestras aspiraciones, que en este caso tendrán que ver, entre otras cosas, con el emprendimiento de ideas, el ímpetu de comunicar y el liderazgo intelectual orientados a cocrear cosas nuevas, o bien, a conseguir una interacción activa con grupos o amistades en la que podamos expresar nuestra autenticidad a través de las ideas y la comunicación, todo ello con la finalidad de sanar alguna herida relacionada con nuestra identidad, nuestro liderazgo o con algún otro de los significados asociados al signo de Aries que he mencionado con anterioridad.

En conclusión, está será una Luna llena poderosa, creativa, liberadora y sanadora que es importante saber aprovechar como un punto de inflexión en nuestro proceso evolutivo.

Meditemos en ello y, sobre todo, accionemos, asumiendo la responsabilidad sobre los cambios que precisamos implementar en este momento, que permitirán canalizar y satisfacer nuestra necesidad de autoexpresión cocreando de forma práctica y organizada, dando voz y contención emocional a ese niño interior para que pueda experimentar de forma segura y coherente las diversas posibilidades de su fuego creativo.




Nathacha Oura
Astróloga y Taróloga

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