Luna Llena en Escorpio 2022 y Eclipse Lunar



Estamos asistiendo al momento cumbre de este ciclo lunar que tuvo su inicio con el novilunio en el signo de Tauro en conjunción al planeta Urano y al nodo Norte, brindándonos un eclipse solar parcial, y que por lo tanto está marcado por la impronta del cambio radical y del reinicio afectando de alguna manera aquello relacionado con la dimensión material de la existencia, como puede ser los recursos , el dinero, el cuerpo, la naturaleza, así como también con la sensorialidad, la autoestima, la sensualidad y los valores.

Y ese clímax lunar que nos seduce cada mes con la belleza de su brillo nocturno ha venido a manifestarse, en esta oportunidad, a través de la poderosa y transformadora energía del signo de Escorpio, en el que tiene lugar esta Luna llena, concretamente en el grado 25, y que, por si fuera poco, también nos ofrece el sello de cambio que es capaz de imprimir un eclipse, en este caso lunar, total y en torno al nodo Sur, que desde hace unos meses transita por el oscuro fango del territorio escorpiano.

Un eclipse lunar cumple la función principal de resetear nuestro mundo emocional y psíquico, por lo que puede resultar sumamente removedor, especialmente para aquellas personas a las que aspecta algún planeta o algún ángulo de su carta natal.

Al ser total, el cambio que promueve es mucho más potente, por lo tanto, es importante estar preparados para aceptar su propuesta y canalizarla de la forma más sana posible, abrazando ese cambio y comprendiendo que es la forma que el universo tiene de dar curso a nuestra evolución.

Con Escorpio como escenario del mismo, tomaremos consciencia de nuestra sombra, de aspectos oscuros, negados y reprimidos que, de alguna manera, habían sido desterrados al misterioso dominio de nuestro inconsciente y que ahora emergen para ser reconocidos, aceptados, sanados e integrados de forma creativa a nuestra personalidad, y lo harán principalmente a través de nuestras emociones, de nuestro psiquismo, de nuestra percepción y nuestros instintos.

Es posible, por ejemplo que nuestra intuición se vea intensificada avisándonos de peligros y de situaciones complicadas que será preciso atender y que nuestros sueños sean más simbólicos, profundos, complejos, misteriosos e incluso oscuros o tenebrosos, pues estarán mostrando miedos muy viscerales arraigados en la psique, así como deseos reprimidos que han de ser reconocidos y aceptados, pero también puede que recibamos mensajes de sabiduría y empoderamiento a través de nuestros sueños o de nuestra intuición, ya sea de forma directa o a través de algún medio oracular como puede ser el tarot.

Es un período especialmente prolífico para los investigadores, esoteristas, brujos, chamanes, yoguis, terapeutas y todos aquellos dedicados al mundo de la magia o al de la transformación interior.

Es importante, no obstante, que sus energías sean utilizadas con consciencia y buenos propósitos, ya que también puede facilitar el trabajo de aquellos que se dedican a la magia negra, que buscan perjudicar, manipular y subyugar a otros, haciendo rituales destructivos y trabajando con energías del bajo astral.

Las emociones que se muevan en este período, marcado no sólo por el momento del plenilunio, si no por todo este ciclo lunar y por el tiempo de repercusión del eclipse que puede abarcar hasta unos seis meses después, serán sumamente poderosas y transformadoras.

Todo aquello que está y ha estado estancado, quizá por mucho tiempo, en nuestro interior, y que parece tan estático, en realidad ha estado experimentando una mutación, una profunda y poderosa transformación que al ser tan lenta puede pasar desapercibida pero dado el momento se hace visible y perceptible y nos plantea la responsabilidad de hacernos cargo de ella, de integrar su fuerza, sabiduría y poder pero ello comporta también atravesar y aceptar el dolor que implica transformarse, ya que ello conlleva una muerte y un renacer.

Y hasta que no somos capaces de asumir esto la alquimia no puede ser completada y el loto de la sabiduría no puede florecer, ofreciéndonos su fragancia.

Tal como el hizo el Buda, hemos de enfrentar todos nuestros demonios internos iluminando con la luz de la consciencia, representada por el Sol, todos los rincones oscuros del alma, representada por la Luna, sólo entonces es posible aquello que llamamos iluminación.

No en vano, el plenilunio escorpiano es conocido como la Luna del Buda o Luna del Wesak (cuarto mes lunar), pues fue durante una Luna llena en Escorpio en la que tuvo lugar la iluminación del Buda histórico, Siddhartha Gautama.

En todos nosotros está ese potencial, esa semilla de loto que sólo puede crecer en el fango, donde ocurren profundas transformaciones, generando así los nutrientes que le permitirán florecer a la luz del Sol y mostrarnos su mística belleza.

La energía de este signo actúa como un proceso de putrefacción, ella transforma la vida en muerte y la muerte en vida en un constante ciclo de muerte y renacimiento.

En este orden de ideas, es importante comprender que no hay nada en el universo que no se transforme, todo es un eterno ciclo de nacimiento, crecimiento, florecimiento, muerte y renacer, así que no hay escapatoria a esta realidad y toda resistencia es inútil y no hace más que retrasar la evolución natural de la consciencia, de la corriente de Vida que todo lo anima.



De hecho, mientras más nos resistimos a este cambio profundo y necesario, más sufrimos, en tanto que si lo aceptamos y nos rendimos a experimentarlo de manera consciente nos empoderamos y adquirimos sabiduría y fortaleza.

Escorpio nos enseña pues la impermanencia y con ello a aprender a soltar pero también puede sumergirnos en el fango autodestructivo que acarrea la pulsión de muerte.

Este es un signo de extremos que nos puede llevar a experiencias límite haciéndonos desarrollar resiliencia y voluntad si sabemos encararlas positivamente o hundiéndonos en un profundo abismo si nos negamos a aceptar la transformación, pero siempre existe la posibilidad de hacer acopio de la fuerza de voluntad que podemos encontrar en lo más profundo de nosotros mismos para salir de ese foso renovados, toda vez que nos rendimos a que esa transformación suceda.

Cuando aceptamos mudar la piel como las serpientes, permitimos que el ego, esa constructo de personalidad con el que nos hemos identificado, muera y renazca desde un nivel de consciencia mayor.

El ego suele estar muy satanizado, dársele un cariz en exceso negativo, cuando en realidad es el vehículo psicológico que tiene como función dar curso a nuestro propósito, para expresarse de forma creativa en ese juego que la consciencia formuló para conocerse a sí misma.

Este no es más que el velo del que se viste la consciencia para danzar la vida o el filtro a través del cual el foco de consciencia brilla.

La consciencia y el ego están representados astrológicamente por el Sol, en este sentido, el ego vendría a ser ese resplandor que nos ciega y no nos permite observar directamente el foco en la pureza de su luz pero, al fin y al cabo, ese ego es una irradiación de la misma consciencia.

También podría decirse que la experiencia egóica es como una interpretación actoral en la que el actor se ha reconocido como el personaje olvidándose de sí mismo, de su verdadera identidad.

El problema con el ego es que nos identificamos tanto con él que olvidamos que somos esa consciencia de Vida que brilla a través de este.

En la medida en que hacemos mayor consciencia de nuestra verdadera naturaleza, pura, sabia, infinita, ilimitada, trascendente, podemos ser capaces de usar ese ego como un canal creativo cada vez más alineado con nuestro propósito vital, permitiendo que la consciencia se exprese con mayor claridad a través de él.

La energía de Escorpio, en definitiva, tiene la función de depurar del ego, de revelar la luz oculta en la sombra.

Cuando vivimos la energía escorpiana en los niveles más bajos de vibración somos presas del miedo a morir, o bien de la pulsión de muerte, de la tendencia a autodestruirnos, como también de los deseos, del aferramiento, del afán de control, de la ambición de poder y, con ello, nos vemos envueltos en bajas pasiones, como la posesividad, el odio, la envidia y los celos, que nos llevan a obsesionarnos, a someter, a manipular y a destruir a los demás.

En cambio, cuando experimentamos los niveles más altos de la energía escorpiana, somos capaces de empoderarnos y de desarrollar una fuerza de voluntad que puede transformarnos y hacer florecer nuestro potencial creativo.

Tal como el águila que caza a la serpiente, esta Luna llena y este eclipse lunar nos plantearán el desafío de transmutar esas bajas pasiones en sabiduría y elevarnos por encima de estas observando la experiencia vital desde una perspectiva superior.

Hay que tener en cuenta que este eclipse lunar escorpiano tiene lugar en torno al nodo Sur, por ello va a remover emociones poderosas, transformadoras, impactantes y, en muchos casos, dolorosas y traumáticas, vinculadas al pasado, de las que será preciso tomar consciencia para, luego de sentirlas, reconocerlas, aceptarlas, abrazarlas y asimilar la transformación y el profundo aprendizaje que nos proponen, poder ser capaces de soltarlas, de dejarlas ir.

Es un excelente momento, por ejemplo, para olvidar odios y rencores, para hacer las pases con un pasado doloroso y hacer el duelo que nos permita soltarlo y, de esta manera, cerrar el círculo, permitiendo así que lo nuevo entre a nuestras vidas.

Es buen momento también para revisar esos contratos kármicos que tenemos con nuestros ancestros y que muchas veces no hacen más que atarnos al dolor, a traumas familiares, o a tendencias tóxicas dentro del árbol familiar que nos perjudican, nos estancan, nos destruyen y que dificultan el avance evolutivo y el cumplimiento de nuestro propósito vital.

Así que es hora de retomar el aprendizaje que nos han dejado, de honrarles al permitir que esa semilla nos transforme, nos fortalezca y nos insufle la savia de su sabiduría profunda, y seguir adelante, soltando el rol que no nos corresponde, el patrón heredado que no nos beneficia en un sentido práctico y que es tóxico o dañino a nivel emocional e incluso físico y mental, pues muchas veces estos patrones comprometen nuestro armonía mental y nuestra salud.

La propuesta, en este sentido, es pues tomar consciencia, recoger el aprendizaje y seguir adelante libres de la atadura y el compromiso kármico, siendo fieles a nuestro propósito. No hay mejor regalo que podamos hacer a nuestro árbol genealógico que ser nosotros mismos, ser un fruto con su propio matiz de color y sabor, un fruto engendrado por ese árbol, nutrido por su savia, portador de su impronta sí, pero capaz de expresar su propia esencia y experimentar su propia vida sin ser atenazado por los condicionamientos de esta.

Si el fruto no se desprende del árbol las semillas no serán capaces de llegar a la tierra y engendrar nuevos árboles continuando así la evolución.



Con esto no quiero decir que hay que desprenderse de la familia y renegar de esta sino que es importante no dejarse condicionar hasta el punto de anular nuestro potencial creativo y especialmente tomar consciencia de los condicionamientos negativos, tóxicos o asfixiantes que nos dificultan el llevar una vida sana, creativa y productiva.

El nodo Norte en conjunción al Sol y Urano en Tauro nos abrirá la puerta a la posibilidad de esa vida, e incluso puede que nos ofrezca un abanico o una plétora de posibilidades, pues Urano representa la multiplicidad de formas que el Universo tiene para expresar la consciencia. Su energía nos remite a lo cuántico, por lo tanto nos ofrece la posibilidad de hacer un salto de nivel de consciencia.

Urano es el planeta del despertar, un despertar que muchas veces puede venir en forma de sacudón, de un vuelco que nos remece y, en todo caso, ocurrir como un suceso sorpresivo, inesperado, aunque a veces intuido.

Sea como sea, la puerta que se abre para nosotros en este plenilunio a través del Nodo Norte con Urano y el Sol de centinelas, nos invita a asumir a un cambio radical con una actitud activa, creativa y valerosa, cambio que, por acontecer ante el telón de fondo del signo de Tauro, vendrá a movilizar temas relacionados con los valores, los recursos, el dinerito, las posesiones, el la consciencia del cuerpo, la sensorialidad, la sensualidad y la autoestima.

Así que es a través de alguno/s de estos frentes que el cambio se manifestará en algún ámbito de nuestra vida, que estará representado por la casa en la que el Nodo Norte, el Sol y Urano estén transitando en nuestra carta natal en estos momentos.

Con Urano en Tauro el cambio puede resultar desestabilizador y alterar nuestra sensación de seguridad y de confort, por lo que hemos de hacer uso de la paciencia, la tranquilidad y la perseverancia propias de este signo.

En este sentido, nuestra estabilidad puede verse alterada, por ejemplo, a través de pérdidas o ganancias repentinas que pueden producirse en el plazo los próximos seis meses a partir del eclipse lunar y del reciente eclipse de Sol, y que en todo caso ofrecerán la posibilidad de dar curso a algo nuevo, invitándonos a ser creativos y originales en un sentido práctico y material y a renovar nuestra autoestima desde el reconocimiento de nuestros talentos o potencialidades creativas.

Saber mantenernos firmes ante la tormenta es la premisa de estos tiempos, de los que al final saldremos fortalecidos y habiendo aprendido a hacer de las crisis algo productivo.

Es momento de preguntarnos: ¿Con qué recursos creativos cuento y de qué manera puedo utilizarlos para innovar o de qué nueva forma puedo darles cauce?

Y, así mismo, estar atentos a qué puertas pueden estarse abriendo para nosotros de forma inesperada en este sentido.

Es posible que sea a través de amistades, grupos o contactos que se atisben nuevas oportunidades de brillo y creación que pueden ser productivas en algún sentido.

También puede que se trate de una invitación a cocrear con otros, a brillar en conjunto aunando los recursos creativos particulares a los colectivos, aportando así cada uno su propia luz para brillar en conjunto.

Este plenilunio puede también movilizar temas relacionados con herencias familiares, ventas de casas, traspasos de negocios, o bien, representar la oportunidad de dejar atrás lastres emocionales o relativos a nuestra vida íntima, familiar o afectiva que pueden haber resultado nocivos para nosotros o que simplemente corresponden a una etapa que ya cumplió su cometido en nuestra vida y que es preciso cerrar, haciendo el correspondiente duelo, para dar paso a una nueva etapa.

Es un buen momento, así mismo, para hacer duelo por la pérdida de la madre o de algún otro personaje materno en nuestra vida como puede ser una abuela, una nana o una maestra, honrar su legado y dejarla ir en paz, conservando como un tesoro todo el cariño, consejos y enseñanzas que nos dejó y guardando esa semilla para proyectarla hacia lo nuevo que vendrá a nuestras vidas.

En este sentido, es posible que aparezca, por contraparte, alguna nueva figura masculina en nuestra vida, representada por ese Sol que brilla en conjunción a Urano y el Nodo Norte, que venga a aportarnos guía y luz en un sentido práctico o bien a renovar nuestra autoestima, incluso si para ello es necesario remecerla, promoviendo así un cambio en nosotros.



Por si fuera poco, con los cambios internos y externos que puede llegar a suscitar este eclipse, el mismo estará formando parte de una configuración cósmica bastante tensa a la vez que dinamizante, se trata de una T cuadrada que estarán formando la Luna llena eclipsada y el Nodo Sur en Escorpio y el Sol y el Nodo Norte en Tauro, con el rígido y autoritario planeta Saturno, que aún se encuentra transitando el agitador territorio acuariano.

Ello puede traer consigo un período de tensión con alguna figura de autoridad que nos impone cambios que pueden tener como el objetivo de controlarnos o manipularnos, o ante la cual nos rebelamos para liberarnos de sus normas, exigencias o condicionamientos castrantes, lo cual podría llegar a suponer el tener que soltar con mucho dolor algún vínculo familiar o afectivo, dejar una casa o negocio, o quedarnos quedarnos sin el sustento y las comodidades que teníamos, para abrirnos a un nuevo camino con nuestros propios recursos.

Es posible incluso que lo que dejemos atrás resultase de alguna manera tóxico, traumático, problemático o profundamente insatisfactorio para nosotros y que a la larga acabemos sintiendo una especie de alivio o liberación pero habrá un precio a pagar por esa libertad, por esa nueva oportunidad en nuestra existencia.

Puede que dejemos a todos de piedra cuando demostremos que somos capaces de valernos por nosotros mismos o que nosotros seamos los primeros sorprendidos al haber estado tanto tiempo atados a personas y situaciones de las cuales llegamos a depender en algún sentido ya sea material o emocional pero que de alguna manera resultaban asfixiantes y psíquicamente agotadoras.

Es tiempo de dar un salto cuántico que nos conduzca tanto a la renovación de nuestra autoestima como a nuestra libertad financiera.

Eso sí, puede que no sea fácil, pues la conjunción del Sol con la estrella Algol que tiene lugar durante este plenilunio comportará el desafío de tener que gestionar una energía extremadamente poderosa que puede resultar tanto creativa como destructiva, así que tendremos que hacer uso de toda nuestra sabiduría e inteligencia para saber encauzar positivamente ese poder que descubriremos posiblemente a través de algún talento o que vendrá a nosotros a través de alguna situación inesperada.

Esta estrella, conocida como la cabeza de la Medusa, está asociada a la cabeza y al cuello, así que son zonas anatómicas a cuidar especialmente en este tiempo.

También está vinculada a sucesos violentos como accidentes o asesinatos, así como a enfermedades extremas, por ello será preciso estar más alertas que de costumbre para evitar situaciones, personas o malos hábitos que puedan poner en riesgo nuestra vida, esto lo han de tener en cuenta sobre todo aquellas personas que tienen algún punto importante de su carta natal en conjunción a esta estrella.

Por otra parte, la Luna junto al Nodo Sur en Escorpio y el Sol junto al Nodo Norte en Tauro estarán formando, respectivamente, un trígono y un sextil con los planetas Marte y Neptuno que están en conjunción en el espiritual e inspirado pero también confuso y dramático signo de Piscis, formando una media cometa cósmica, la cual estará ofreciendo, entre otras cosas, voluntad espiritual y un impulso de autotrascendencia que facilitarán el poder soltar los traumas del pasado y proyectarnos hacia la experimentación de la vida desde una nueva perspectiva más sencilla, saliendo de los abismos del alma para tomar consciencia del cuerpo, que es nuestro templo y vehículo físico de nuestra encarnación, y de nuestros sentidos, así como también para descubrir el poder que entraña nuestro potencial creativo.

Toca asumir el riesgo de vivir porque a morir todos vamos tarde o temprano pero muchos a veces dejamos de vivir por estar enfrascados en sufrimientos internos que nos han impedido disfrutar plenamente de la experiencia vital. Así que ha llegado el momento de apostar por la vida pues mientras estemos vivos nuestra misión principal es vivirla, cada uno a su manera, única y original.

Cada día es en sí mismo una muerte y un renacer y el único lugar y momento en el que podemos experimentar el regalo que es esta vida es en el aquí y el ahora, teniendo, eso sí, la posibilidad de reinventarla a cada instante.

La conjunción Marte-Neptuno en el signo de Piscis representa a nuestro guerrero espiritual, ese que nos impulsa a la vida gracias a la fe, ese que es capaz de luchar por algo más grande que el sí mismo, dejando a un lado los personalismos, un guerrero empático, que orientará su lucha al bien común, entregándose de manera abnegada a aquello que despierte su compasión, pero también puede ser ese guerrero confuso que no sabe muy bien porqué lucha o erigirse en paladín de luchas fanáticas o en un líder engañoso y sectario.

Por otra parte, esta conjunción, en el marco de la configuración de media cometa cósmica de la cual participa durante este plenilunio eclipsado, nos dará la oportunidad de reconocer que somos seres espirituales y que esta personalidad que encarnamos no es más que un disfraz, un rol que asumimos para este juego ilusorio que es la existencia condicionada, ayudándonos a reconciliar el aparente conflicto entre vida y muerte, reconociendo que ambas son simplemente dimensiones diferentes de la existencia en las que la corriente de Vida fluye en un ir y venir, siendo el momento del nacimiento y de la muerte portales entre ambos mundos.

Algunas almas quizá estén destinadas a usar el portal eclipsal del Nodo Sur que enmarca este eclipse lunar en Escorpio para salir de este plano, y puede que en ciertos lugares del planeta esto ocurra de forma masiva de aquí a unos meses, posiblemente por motivos de guerra, por hechos violentos vinculados a fanatismo, político o religioso, por ejemplo, o por fenómenos naturales.

En este sentido, Marte y Neptuno conjuntos en Piscis pueden estar asociados a eventos bélicos en el mar o en zonas costeras, así como a un comportamiento violento del mar como el que puede acontecer en un tsunami, más aún cuando Júpiter se encuentra también en conjunción a estos planetas, ya desde el signo de Aries, por tanto dispositado por Marte, y tuvo además su reciente conjunción con Neptuno en Piscis dando lugar a un nuevo ciclo Júpiter Neptuno que, dada la naturaleza expansiva y amplificadora de Júpiter puede propiciar, entre otras cosas, el aumento del nivel de mar y olas de gran tamaño.

Si a ello añadimos que Escorpio, signo donde esta Luna llena eclipsada tiene lugar es el signo asociado a los volcanes y a las profundidades de la tierra y que su regente moderno, Plutón, dispositor de esta Luna, se encuentra en Capricornio, dispositado por Saturno en Acuario, podemos inferir un aumento en la posibilidad de ocurrencia de fenómenos telúricos, ya sea terremotos o erupciones volcánicas, y dado que el regente tradicional de Escorpio, Marte, también dispositor de esta Luna, se encuentra en conjunción a Neptuno en Piscis, estando ambos en aspecto al eje de lunación, el mar podría verse afectado por las poderosas energías telúricas que es muy posible que se movilicen bien en torno al eclipse o de aquí a los próximos seis meses a causa de su impronta.

Curiosamente, uno de los lugares de la Tierra en que la Luna se presenta angular para el momento del eclipse es Avarua, capital de las islas Cook, ubicada en la Isla de Rarotonga, la cual es zona volcánica, concretamente haciendo conjunción al Ascendente de la carta levantada para ese lugar en la hora exacta del eclipse. Esperemos, en todo caso, que no se manifiesten con demasiada crudeza estas energías para este y otros lugares del planeta donde el eje de lunación o  algún otro planeta resaltante dentro de la dinámica cósmica de este plenilunio, cae angular.

Este es un momento de gran dinamismo y tensión energética en el que se moverán energías sumamente poderosas y transformadoras que pondrán a prueba nuestra resiliencia y nos abrirán la puerta al cambio e incluso a nuevos niveles de consciencia en los que tanto la naturaleza como el cuerpo pueden llegar a experimentar cambios en el intento de adaptarse a la nueva vibración.

Estemos preparados para este salto cuántico, soltando el drama del pasado, resolviendo aquello que haya podido quedar pendiente para poder cerrar el ciclo, toda vez que atesoramos el profundo aprendizaje y la sabiduría que lo experimentado ha infundido en nosotros.

Sea como sea, después de este eclipse ya no seremos los mismos.

Ojalá podamos desprendernos de las ataduras de esos demonios internos que nos atenazan y florecer como el loto desprendiendo el dulce aroma de la consciencia iluminada.




Nathacha Oura
Astróloga y Taróloga

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