Segunda Luna Llena en Acuario 2021

La próxima Luna llena, al igual que la anterior, tendrá lugar en el errático, revolucionario y sorprendente signo de Acuario. No es habitual que la Luna llena tenga lugar dos veces en el mismo signo, sin embargo, algunos años ocurre, como en este caso.

En esta oportunidad la Luna nos obsequiará con la belleza de su brillo nocturno en el grado 29 de este signo, cuya locura, irreverencia y libertad nos invitan a desinhibirnos y relajar un poco esas tensiones que la rutina del día a día nos impone para poder fluir en el momento presente, en el aquí y el ahora y descubrir su fuerza creadora, su cualidad única e irrepetible y la oportunidad que nos brinda de impactar en ese sagrado instante  sobre ese futuro que estamos proyectando y cocreando, de generar incluso ese salto cuántico que detone el cambio, que altere la inercia, que venza el estancamiento, que reajuste la línea de tiempo, por ello la energía de este signo puede resultar liberadora y renovadora pero también peligrosa si no sabemos aprovecharla con sabiduría. 

Es la energía del caos, el caos creativo. Su regente moderno, Urano, manifiesta su impronta como ese rayo que, de forma inesperada, nos sacude y nos deja como al meme de Travolta, mirando para todos lados, sin saber que ha pasado, sorprendidos y desconcertados. 

Es, no obstante, esta energía, la que nos despierta, nos remece, nos saca del letargo, impulsando así nuestra evolución.

Esta Luna llena pues traerá cambios y sorpresas en el ámbito de la vida relacionado con la casa por donde se encuentre transitando la Luna en nuestra carta natal en ese mágico momento que es el plenilunio. 

Su impronta, sin embargo, puede hacerse notar de alguna manera a lo largo del ciclo lunar, desde el novilunio en el signo de Leo, en el que nació con la promesa de florecer en el cambiante y disruptivo signo de Acuario, donde emanará plenamente su particular fragancia, y a medida que se desarrolla durante la fase creciente hacia ese punto de clímax, así como también mientras decrece la Luna en su fase menguante que, cual cántaro o caldero mágico, verterá su sabiduría sobre nosotros, como una escoba limpiará todo aquello que sea preciso para aligerar, sanar y despejar el camino, y como una hoz cosechará el trabajo interior y el resultado de todo este ciclo lunar, donde el brillo, el empoderamiento, la valentía, la creatividad, el talento, la intensidad y la pasión de Leo y el cambio, la renovación, el caos creativo, la invención, la revolución, la liberación y la interconexión (a través de grupos, amistades, contactos, redes sociales) de Acuario, habrán sido la impronta reinante que se desplegará a lo largo del ciclo en sinergia con la energía de cada uno de los demás signos por donde irá transitando.

Quizá os preguntaréis, en qué se diferencia esta Luna llena en Acuario de la anterior.

Primero que nada en que, a no ser que tengáis Acuario interceptado en vuestra carta natal, este plenilunio acontecerá en una casa distinta a aquella en la que aconteció en el ciclo anterior, por tanto su efecto se hará notar en otro ámbito vital. 

Por otra parte, el novilunio del ciclo anterior tuvo lugar en el signo de Virgo, mientras que el del ciclo actual, como he mencionado anteriormente, aconteció en el signo de Leo, y eso aporta matiz diferente al ciclo actual y al plenilunio en cuestión.

Así mismo, los aspectos astrológicos de los que estará participando esta Luna llena serán distintos a aquellos de los que participó durante el plenilunio anterior.

Y, además de ello, el punto de Acuario en el que se encontrará es algo diferente, con su propio matiz por grado, decanato, término, etc. 

Este plenilunio tendrá lugar concretamente en el grado 29 del signo de Acuario, lo cual le añade además otra peculiaridad, y es que el grado 29 de un signo, además de reflejar  el simbolismo del mismo, también guarda cierta resonancia con el signo siguiente, en este caso con el signo de Piscis. En este orden de ideas, el plenilunio en este grado nos puede traer, entre otras cosas, cambios radicales que se viven de forma muy dolorosa, o bien, de manera profunda, espiritual y trascendente. 

Puede aportar también una gran inspiración creadora, potenciar la creatividad y el ingenio en todo lo relacionado con el arte inspirado, es decir, en el campo de la música, la poesía, la fotografía, la danza, la cinematografía, etc.

También puede favorecer procesos de despertar espiritual, así como la conexión con otros planos y los descubrimientos respecto al mar y al cosmos. 

De igual manera, facilitará la interconexión profunda con otras personas, llegar a tocar la fibra de los otros de alguna manera. 

Es, en definitiva, un grado altamente sensible, caótico, creativo y espiritual.

Un grado además que nos puede conducir de la indiferencia al amor incondicional, de la agitación al sueño, del stress a la relajación, pero también al llanto o al desbordamiento emocional, a una especie de catarsis, todo depende de cómo gestionemos nuestro mundo emocional y canalicemos esa energía de stress y agitación. 

Es sumamente recomendable meditar y escuchar música, bailar, acercarnos a la poesía y al arte inspirado en general, ya sea como espectadores o como creadores, así como al misticismo, ya que puede ayudarnos a sublimar esas energías.

Esta Luna llena que estará bordando el límite entre Acuario y Piscis también puede brindarnos la oportunidad de interiorizar el hecho de que cambiar la realidad es un acto de magia, de cocreación con las energías del Universo y con la totalidad de la existencia.

Y en lo referente a la dinámica energética reinante durante este plenilunio que está por acontecer, cabe destacar la participación del planeta Júpiter que se encuentra en movimiento retrógrado y que estará en conjunción con la Luna llena acuariana y opuesto al Sol en Leo, aportando la posibilidad de experimentar una sensación de expansión interior asociada a los cambios internos que estamos experimentando. 

Para que tal expansión sea posible será preciso desaprender respecto a la forma en que experimentamos nuestras emociones, enfocándolas desde una nueva perspectiva, aprendiendo a sentirlas con liviandad y fluidez, sin tanto dramatismo, así como a relativizarlas y a soltarlas para sentirnos más libres y poder disfrutar de mayor plenitud y espacio interior, de lo contrario podemos caer en el abatimiento de las tormentas internas que podrían movilizarse en este plenilunio, con su respectivo caos y agitación. Sea como sea, los altibajos emocionales pueden estar a la orden del día y serán más o menos intensos y notorios de acuerdo a cómo estemos vibrando y cómo estemos gestionando esas emociones.

Es un momento ideal para reafirmar nuestras propias creencias que pueden ser muy diferentes a las de nuestro núcleo familiar o afectivo y poner en práctica al mismo tiempo la comprensión, la tolerancia y la fraternidad más allá de esas diferencias, ya que el ego puede saltar a escena.  Para algunos puede significar por el contrario el reconocimiento de aquellos grupos de personas que comparten la misma visión filosófica, política y/o religiosa que ellos y que puede acabarlos uniendo de forma muy íntima, familiar o comunitaria, especialmente a través de las redes sociales.

Igualmente puede suponer, para aquellos que nos encontramos en el extranjero, el reencuentro o reconexión con nuestras tradiciones culturales a través de amigos, grupos o de alguna comunidad de compatriotas, ya sea de forma presencial o virtual. 

Es momento de tomar consciencia de que somos una gran familia humana enfrentada al poder, independientemente del bando que lo represente, podemos tener diversidad de creencias políticas o religiosas, diferentes costumbres culturales pero lo que no podemos hacer es apoyar injusticias, abusos de poder, iniquidades, los derechos humanos han de prevalecer por encima de cualquier creencia, es hora ya de reconocer dentro de nosotros esas vendas ideológicas que nos dividen en lugar de unirnos y que nos alejan de los principios fundamentales del ser humano, libertad, igualdad y fraternidad. Toca, en pro de esos principios y de nuestros derechos, integrar el liderazgo que otros esgrimen en su propio beneficio, dejar de proyectar nuestro propio poder fuera de nosotros y aprender a ser más creativos y solidarios.

Es también un momento ideal para retomar nuestra filosofía de vida, religión o  visión política desde una nueva perspectiva, así como para desaprender algunas de estas creencias y liberarnos de dogmas caducos que no hacen más que retrasar nuestra evolución y de esas promesas con las que acostumbran a manipularnos, alienándonos y ofreciéndose como tabla de salvación colectiva. 

En este sentido, es importante desprendernos de la costumbre de poner el foco de fe en algo externo. La fe comienza en nuestro interior y podemos verla florecer de muchas maneras toda vez que nos reconocernos como cocreadores de nuestro propio bienestar.

También es momento de renovar la fe en nuestra familia y en nuestros afectos, de resignificar su sentido en nuestras vidas para poder valorarlos realmente.

Al mismo tiempo se nos está ofreciendo la oportunidad de interiorizar el sentido cuántico de la abundancia y de reflexionar sobre aquellas falsas creencias de las cuales es preciso liberarnos para que esta pueda manifestarse en nuestras vidas, para ello es fundamental el desaprender y Júpiter retrógrado facilitará el espacio interno para ello.

Este planeta está relacionado, entre otras cosas con los viajes y el extranjero por lo que al estar retrógrado en este signo puede causar retraso en viajes con amigos o grupales o incluso la postergación de viajes por situaciones inesperadas y/o que escapan a nuestro control. Puede también que retomemos el contacto con amigos que se encuentran lejos y que incluso se de algún reencuentro con familiares, por estar conjunto a la Luna, o amigos distantes o que surja alguna propuesta para ello. Así mismo, la conjunción la Luna con Júpiter retrógrado en Acuario puede hacer aflorar  recuerdos de antiguos viajes con familiares o amigos y de los buenos tiempos en general vividos con estos, así como las ganas de volver a revivirlos en el futuro o de volver a visitar esos sitios que marcaron positivamente nuestra infancia o nuestra juventud y experimentarlos  desde nuestra  perspectiva actual.

Los asuntos internacionales también son afectados por estar energía que puede verse plasmada, entre otras cosas, a través de radicalismos de tipo cultural, político y religioso que representan un retraso para la humanidad, especialmente en materia de derechos humanos. Ya lo estamos viendo con la entrega de los talibanes en Afganistán que tuvo lugar hace unos días.

Por último pero no menos importante cabe destacar el papel de los dispositores de esta Luna llena, Saturno, regente tradicional del signo de Acuario, y Urano, su regente moderno, que al igual que en la pasada luna llena acuariana nos dirán hacia dónde se conduce esa energía de destrucción y creación, de cambio y renovación.

En el caso de Saturno que aún se encuentra retrógrado, su presencia en el signo de Acuario nos invita a hacer cambios radicales que permitan reestructurar alguna faceta de nuestras vidas, para ello hay mucha desprogramación interna que realizar con el fin de liberarnos de miedos, limitaciones y condicionamientos y hacer que el sea posible. Si no lo hacemos nosotros de forma voluntaria es posible que la vida busque la manera de propiciarlo.

Sea como sea, la necesidad de cambio esta allí, consciente o inconscientemente, pugnando por manifestarse.

A nivel mundano estas reestructuraciones se harán notar especialmente en empresas e instituciones. 

Así mismo, asistiremos a una revisión colectiva del sistema que articula el mundo, reconociéndolo cada vez más como lo que es, un mecanismo de control de los poderosos sobre la humanidad. Liberarse de este no es posible sin ese reconocimiento interno, sin esa toma de consciencia que forma parte de nuestro despertar.

Urano, por su parte, con su tránsito por el signo de Tauro, seguirá sacudiendo la estabilidad en algún área de nuestras vidas y remeciendo nuestros valores, pidiéndonos una  renovación o reinvención de los mismos en función de nuestro actual estado evolutivo. 

También nos viene haciendo una propuesta de cambio de perspectiva respecto a nuestros recursos, de la manera en que percibimos el mundo material, el dinero y nuestros bienes. 

Así mismo, nos está invitando a renovar nuestra autoestima y a valorar más a nuestros amigos y contactos.

En un sentido más mundano, su espíritu de cambio se ha ido dejando notar en el ámbito financiero a través del proceso de crisis económica que estamos experimentando a nivel global y del cada vez mayor uso de la banca online, del dinero virtual y de pagos telemáticos, así como también en la naturaleza a través del cambio climático y de desastres naturales como terremotos, lluvias torrenciales, huracanes, etc.

Estos dos planetas en sus respectivos emplazamientos actuales serán los moduladores del cambio que la Luna llena en Acuario viene a detonar.

Estemos preparados en la medida de lo posible para las sorpresas, los cambios y los torbellinos emocionales que se pueden desatar. Reaprendamos cada instante a vivir en el aquí y el ahora, a fluir, a soltar, a relativizar y a aprovechar las oportunidades de cambio que se presentan para expandirnos de forma original y renovadora, primero internamente, como preámbulo a la expansión externa que Júpiter directo nos depara a partir de mediados de octubre.

Meditemos en libertad,  renovemos internamente la fe y el sentido de nuestra existencia para que experimentemos desde allí un presente más consciente y vislumbremos un futuro promisorio. Que la abundancia florezca en el alma y desde allí se proyecte en todas direcciones no sólo para nosotros sino para beneficio de todos los seres sintientes.




Nathacha Oura
Astróloga y Taróloga



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