Luna Llena en Capricornio 2021


Si fuésemos capaces de imaginar el cosmos como un enorme mecanismo de relojería, donde cada cuerpo representa con su ciclo un reloj específico que marca sucesos relativos a la cualidades energéticas del mismo, descubriríamos que, en torno a la Tierra, el reloj más cercano que tenemos es la Luna, el cual vendría a ser el reloj de las manecillas más pequeñas, un reloj vinculado a lo cotidiano, lo familiar, lo íntimo, lo instintivo, lo emocional, lo ancestral.

Un reloj cuya energía es eminentemente femenina y maternal, y que resuena con eso que llamamos alma.

Y no pensemos que por pequeño este reloj es menos importante ya que, con su rápido movimiento y su corto ciclo, se constituye en un activador cósmico de primer orden de la energía de aquellos planetas y otros cuerpos que esta va aspectando a su paso, así como en un detonador de los aspectos que los mismos se encuentren haciendo entre sí en un momento dado.

Esta, al tener la cualidad de fluctuar, va determinando además momentos de nacimiento crecimiento, de clímax y de decrecimiento, completando así un ciclo entero que tiene su impronta energética particular determinada por los momentos de nacimiento y de clímax, es decir por el novilunio o plenilunio que, según en que signo astrológico tengan lugar, teñirán el ciclo de un matiz particular que se irá modulando a través de las tonalidades particulares  que esta irá adquiriendo a medida que transite por cada uno de los signos zodiacales.

En esta oportunidad transitamos un ciclo que tuvo su inicio o novilunio con un eclipse de Sol en el signo de Géminis, que ha activado un reseteo a nivel mental y comunicacional, así como también en todo lo referente al movimiento y al transporte, lo cual puede traducirse, a nivel colectivo, en situaciones tales como apagones informativos, problemas o averías en los sectores del transporte y de las comunicaciones, noticias que generan un gran impacto, entre otros.

Ni que decir que a nivel personal también se hará notar un cambio contundente a través de todo el contenido reprimido que ha estado emergiendo en nuestro plano mental y que nos tendrá interiormente removidos, por lo que será necesario hacerse cargo de ese proceso, reconociendo, aceptando y canalizando creativamente todo lo que salga a la luz, así como también gestionando nuestras emociones de la mejor manera posible y observando la manera en que manejamos el intelecto, la comunicación y el movimiento en nuestras vidas, como podemos vivir esas instancias de manera más íntegra, congruente y creativa.

Durante este plenilunio, que tendrá lugar en el grado 3 del realista, perfeccionista, riguroso y pragmático signo de Capricornio, un signo vinculado a las pruebas y condicionamientos que es preciso superar para seguir evolucionando, la estela que ha dejado el eclipse solar geminiano nos permitirá tomar consciencia de la excesiva rigidez de nuestra mente, de aquellos pensamientos represivos que nos atenazan, de los condicionamientos que se han amalgamado en nuestro interior construyendo murallas que nos aíslan en nuestra zona de confort y nos estancan, de las cargas y obligaciones, especialmente de tipo familiar, que consumen nuestro tiempo, limitando nuestra libertad, del enfado y la frustración reprimidos que ahora emergen para ser reconocidos, aceptados y sanados, del afán de perfección que nos agota y nos sumerge en frustraciones y complejos, del alto nivel de exigencia y juzgamiento al que muchas  veces nos sometemos a nosotros mismos o a los demás, de lo monótonos que nos hemos vuelto, de lo desagradables que podemos ser a veces en la comunicación por esas barreras emocionales con las que intentamos protegernos para no sentirnos vulnerables, así como también de la forma en que el sistema ha modelado a la población y la ha encasillado en una forma de existencia frustrante, limitante y monótona y en un ritmo de vida agotador.  

El llamado, con Saturno en Acuario como dispositor de la energía de esta Luna llena capricorniana, es a liberarnos, en la medida de lo posible, del exceso de exigencia, a traspasar aquellos  límites absurdos que más que hacernos sentir seguros nos hacen sentir prisioneros, a reformular aquellas costumbres y convenciones sociales ya caducas,  reestructurar o reenmarcar las estructuras en las cuales nos apoyamos para que sean más congruentes con nuestro momento evolutivo e introducir ciertos cambios radicales que alivien tanta frustración y anquilosamiento, así como también a comprender el caos como una invitación a reorganizar de forma más efectiva nuestra estructura mental, de hacer salir la mente de su inercia, estimulando así su creatividad.

Y todo este trabajo comienza en nuestro interior, por ello es necesario estar atentos a nuestro mundo emocional, practicar la autoobservancia y la escucha interna y asumir la responsabilidad de gestionarlo adecuadamente poniendo en práctica la inteligencia emocional, así como de cuidar/nos y nutrir/nos de una forma distinta, más humana y natural.

Sea como sea, la madurez, la responsabilidad y la disciplina serán factores decisivos si queremos propiciar cambios contundentes en nuestra vida.

El objetivo esencial de este ciclo lunar en función de lo que representa el florecimiento a través de la Luna llena en Capricornio del la impronta energética del eclipse solar en Géminis con el que fue sellado el reciente novilunio, es la consecución, a través del reconocimiento e integración de la sombra de la mente, de su lado más oscuro y reprimido, así como de su enorme potencial creador, de una maduración emocional que nos permita liberarnos de estructuras y patrones caducos.

El sextil y el trígono que Júpiter en Piscis se encontrará haciendo con la Luna en Capricornio y el Sol en Cáncer respectivamente, estará apoyando este proceso con una amplia cuota de sensibilidad, con una visión espiritual de la existencia, con una fe inquebrantable y con la inquietud de encontrar un sentido trascendente. 

Así mismo, esta Luna llena capricorniana traerá consigo, por un lado, pruebas y obstáculos que será más fácil atravesar con una actitud creativa e irreverente y, por otro, vendrá a enseñarnos que es posible generar cambios radicales cuando perseveramos, trabajamos con ahínco y disciplina y nos tomamos las cosas en serio. 

En cualquier caso, será una Luna que representará un punto de inflexión en el que ciertos límites serán transgredidos y/o algunas estructuras colapsarán para dar un salto cuántico en alguna faceta de nuestras vidas.

Y esto se debe al tránsito de su dispositor, el planeta Saturno, que actualmente se encuentra en movimiento retrógrado, por el caótico, disruptivo y rebelde signo de Acuario, un territorio que lo estará invitando a reformarse o, de lo contrario, amenazando con destruir todo aquello que representa (orden, límites, estabilidad, estructuras, sistema, autoridad, etc.)

Es momento pues de reinventar aquello que está caduco, de hacer un ejercicio introspectivo que nos permita dar un giro de 180 grados a la manera en que concebimos la realidad, de derribar los condicionamientos que, cual cadenas anquilosadas, nos impiden avanzar, retrasando así nuestra evolución. 

A nivel emocional, tomaremos consciencia de los límites autoimpuestos que es necesario demoler para generar cambios en nuestra vida, así como del estancamiento en que hemos estado sumidos y que ahora encuentra una  liberadora oportunidad de evolución.

Nuestro estado de ánimo puede pasar de estar serio, circunspecto, cabizbajo o apático a uno más bien inquieto, en el que la necesidad de liberarse de la monotonía, del aburrimiento, la pesadumbre, las limitaciones, las obligaciones o el aislamiento, estará latente y marcando el ritmo de los acontecimientos.

En otro orden de ideas, será un tiempo en el emergerán de forma más patente nuevas normas que nos afectarán tanto a nivel personal como colectivo y, por contraparte,  asistiremos a la gestación de un nuevo paradigma.

A esto hay que añadir la cuadratura que Saturno en Acuario se encuentra realizando con Urano en Tauro, la segunda que hacen desde que formaron el mismo aspecto en febrero de 2021, mismo que ha venido a detonar el colapso del sistema trayendo como resultado, entre otras cosas, un quiebre de la economía a nivel global y un cambio radical en nuestros valores.

No cabe duda que estamos asistiendo a un momento crucial para la humanidad y nadie estará fuera de su alcance, sólo podrá elegir de que manera lo enfoca, lo manifiesta y lo experimenta en su vida, buscando alternativas sustentables para sí mismo y para los suyos dentro de la vorágine de este caos que llevará a muchos a acercarse más a la naturaleza, que tampoco escapará de la arrolladora energía del cambio, fruto del colapso de un sistema que no se sostiene más y que ha alterado el ritmo natural de la vida, la meteorología, la biodiversidad y de otros factores ecológicos, generando desequilibrio y desastres a su paso. Es importante, en este sentido, asumir la cuota de responsabilidad, por pequeña que sea, que a cada uno corresponde en cuanto al impacto que tenemos como individuos y como sociedad sobre nuestro hermoso planeta. Pero el gran daño, ese que le ha hecho la gran maquinaria de un sistema corrupto hasta la médula es algo que escapa a nuestro control. Quizá con este quiebre surjan nuevas formas y estructuras más congruentes y respetuosas con la vida o quizá no haga más que acentuarse la destrucción causada a la naturaleza con el fomento de una sociedad cada vez más tecnificada y artificial, alejada de lo natural.

Sea, como sea, el cambio estará a la orden del día para bien o para mal.

Por mi parte, deseo que esta Luna llena sea para cada uno de nosotros un momento de maduración interior que nos permita ser más libres y creativos, que las virtudes capricornianas tales como la organización, la disciplina, la austeridad y el pragmatismo nos ayuden a que ese cambio que precisamos en nuestras vidas se manifieste, que sea para nuestro mayor y que, a pesar de las tensiones existentes, discurra con la mayor armonía posible, aceptando que todo lo que no sea realmente necesario será de alguna forma podado para que podamos crecer con más fuerza y forjar las alas que nos permitan alcanzar nuevas metas que quizá nunca llegamos a pensar que podían ser posibles.



Nathacha Oura
Astróloga y Taróloga

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