Luna Llena en Escorpio 2021

Cuando asomamos nuestra mirada al cielo nocturno, no hay espectáculo más conmovedor para el alma que ver la Luna brillando en todo su esplendor, irradiando su efluvio, femenino, maternal y mágico.

En esta oportunidad, esa Luna, plena de la luz solar que refleja cual espejo, nos brindará su brillo desde el profundo, misterioso, poderoso y transformador signo de Escorpio, exactamente desde el grado 7 del mismo.

Su propuesta más apremiante será la de  adentrarnos en las profundidades de nuestro mundo interior, especialmente en esas áreas oscuras, de difícil acceso, allí donde se alojan nuestros miedos, traumas y todo aquello que hemos reprimido y que precisa ser reconocido y aceptado para poder sanarlo e  integrarlo de forma creativa, permitiéndonos así sentirnos más enteros, más íntegros.

Claro está que este proceso requiere voluntad y valentía para poder afrontar y/o asumir aquello que, de alguna manera, estábamos rechazando en nosotros. Y esa luz que la intensa y convulsa Luna escorpiana estará recibiendo del paciente y pacífico Sol en Tauro, es la que nos va a permitir reunir el coraje y la fuerza interior para abrazar nuestra sombra, aún con todo el miedo, la angustia y/o el dolor que puede comportar el tener que sumergirnos en el fango de sus oscuras aguas, llenas de ricos nutrientes, que nos transformarán y fortalecerán, haciéndonos florecer como lo hacen los lotos. 

Tal es la trascendencia del trabajo interno que propone esta Luna, que fue precisamente durante una Luna llena escorpiana que el Buda histórico, Siddhartha Gautama, alcanzó la iluminación. Por ello, este plenilunio también es conocido y celebrado como la Luna llena del Buda o Luna de la Iluminación.

El eje central de las enseñanzas de Buda es la consciencia sobre el sufrimiento de todos los seres sintientes y cómo liberarse de este.

En este sentido, el signo de Escorpio nos lleva a experimentar el sufrimiento, la pérdida, la muerte y crisis profundas, revelándonos una de las grandes verdades de la existencia condicionada, la impermanencia, sobre la cual el Buda también impartió grandes enseñanzas.

Este signo nos enseña a atravesar el lado más crudo de la vida, saliendo más sabios y fortalecidos, enseñándonos a soltar todo lo temporal, lo limitado, y a indagar en aquello que es real en un sentido profundo y trascendente, adentrándonos en experiencias de autoconocimiento y transformación. 

Sin embargo, no hay que confundir, la capacidad de desprenderse y de mudar la piel con la falta de compromiso y responsabilidad que algunos justifican con la idea del desapego. De hecho, si algo es este signo es comprometido, Escorpio da todo o nada, no tiene medias tintas. Tiene además la tendencia a dejarse llevar y esclavizar por sus deseos, a veces incluso al punto de la obsesión, y allí es donde también entra el proceso de desapegarse, al no permitir que esos deseos le posean de tal manera que acabe por limitarse, autodestruirse, o asfixiar y herir a otros con los celos, el control, la posesividad y las luchas de poder.

Es por ello que este plenilunio y todo este ciclo lunar que florece impregnado de las transmutadoras energías escorpianas, puede resultar sumamente terapéutico, una excelente oportunidad para reconocer y aceptar nuestras emociones más profundas, intensas, densas y conflictivas y hacer alquimia interior, transformando aquello que nos hunde en el sufrimiento y la desdicha en la materia prima de nuestra evolución y sabiduría interior. 

Escorpio rige, entre otras, a especies animales que muchas veces pueden resultar venenosas, como son los escorpiones, las serpientes y las arañas, por ello, es evidente que guarda cierta relación con aquello que puede resultar nocivo, incluso mortal, con esas toxinas internas y externas que convierten la experiencia vital en algo tóxico, como pueden ser la negatividad, el odio, el rencor, los celos, la envidia, etc. Sacar el elixir de todos ellos, requiere un profundo trabajo interno de introspección y autotransformación que puede resultar poderosamente sanador.

Así mismo, en medio de las aguas de fangosas de este signo podemos encontrar talentos y capacidades que por algún motivo, como puede ser experiencias de rechazo, desaprobación, desvalorización, incomprensión, inseguridad, miedo, vergüenza, baja autoestima, falta de autoconfianza, o bien, por desconocimiento propio, acabamos reprimiendo. Estos también han de ser reconocidos y abrazados para que seamos capaces de integrarlos de alguna manera en nuestras vidas.

Escorpio es también el signo del misterio, de lo oculto, por lo que esta Luna se presta para el estudio de temas esotéricos y la investigación en general.

Nuestro psiquismo puede verse especialmente potenciado, afinando nuestra intuición, sensibilidad y capacidad de percepción extra sensorial. 

Escorpio es además un signo vinculado a la sexualidad, a esa conexión íntima y profunda a través de la cual se trasciende nuestra individualidad en esa extática fusión de cuerpos, almas y energías. Es por ello que nuestros instintos sexuales y reproductivos pueden estar a flor de piel, embebiéndonos en un deseo intenso y apasionado y en una necesidad de compenetración erótica con el otro, que se verá acentuada por la oposición de la que estará participando la Luna con el actual stellium en el signo de Tauro, que promete un derroche de sensualidad que despertará nuestro apetito sexual.

No obstante, al encontrarse Marte, dispositor tradicional de esta Luna por su regencia sobre el signo de Escorpio, en el signo de Cáncer,  donde este tiene su caída, puede que seamos algo tímidos en cuanto a la expresión de nuestro impulso sexual, o bien que lo experimentemos de forma especialmente sensible y emotiva, sintiéndonos más vulnerables de lo acostumbrado.

Por su parte, Plutón, su dispositor moderno, que aún sigue en su largo periplo por el signo de Capricornio, nos estará mostrando los miedos, bloqueos y condicionamientos internos respecto a la sexualidad, invitándonos a ser disciplinados y esforzarnos por superarlos y transformarlos, así como también a entregarnos a la experiencia con compromiso y responsabilidad.

En otro orden de ideas, el trígono que estará formando la Luna escorpiana con Marte en Cáncer promete una gran intensidad e impulsividad emocional, propiciando la tendencia a dejarse arrastrar fácilmente por las emociones hacia actitudes pendencieras y/o vengativas, a caer en luchas de poder territorial, así como en discusiones familiares o con figuras femeninas. Puede ser incluso que asistamos a un lamentable recrudecimiento de la violencia de género y/o doméstica durante esta lunación. Así mismo, hay mayor riesgo de accidentes hogareños y de padecer indigestiones e irritabilidad gástrica.  

Por si fuera poco, la Luna se encontrará en conjunción a Khambalia, una estrella fija, de la naturaleza de Mercurio y de Marte, acentuando la tendencia al conflicto ya que, según la tradición, esta inclina a la violencia, la desconfianza y a un carácter argumentativo, así como también a la inconstancia. 

Sea como sea, los ánimos estarán caldeados, así que será preciso hacerse cargo de la intensidad emocional que pueda llegar a emerger de nuestro interior y gestionarla de la manera más sana y creativa posible.

Mantenernos activos, hacer ejercicio, experimentar nuestra sexualidad de forma profunda e intensa a la par que sana, iniciar un proceso terapéutico, o bien, hacer trabajos de reformas en casa, pueden ser formas de canalizar positivamente esa energía.

Es importante también mencionar, dentro de la dinámica energética de la cual participa esta Luna llena, la T cuadrada conformada por la Luna en Escorpio, el Sol, Urano, Venus y Mercurio en Tauro, y Saturno en Acuario, que estará evidenciando una fuerte tensión que puede conllevar, entre otras cosas, conflictos con la autoridad donde nuestras emociones y nuestros recursos y/o autoestima se ven implicados. 

Conflictos de desvalorización donde intervienen factores como una madre intrusiva, controladora y manipuladora o un clan tóxico, en el que las emociones densas y lo reprimido hacen mella. Ante esto, puede hacerse evidente la necesidad de liberarse de las normas, las restricciones, el juzgamiento y el alto nivel de exigencia al que nos vemos sometidos, o bien, de liberar a otros que sufren la presión  de nuestras exigencias y altas expectativas, así como también, liberarnos a nosotros mismos de nuestra propia autoexigencia.

Habrá también cierta tendencia a poner límites liberadores al control, la manipulación, el odio, la envidia y otras emociones negativas ya sean propias o ajenas que nos atenazan, no sin la tensión interna que ello puede implicar y que puede generar una gran frustración al no poder expresar adecuadamente toda esa intensidad emocional que bulle en nuestro interior, o sin experimentar incómodas luchas de poder con la autoridad, la familia o los afectos, lo cual puede generar que pueden desembocar en frustración, desacuerdos e incomprensión, dificultando el sosiego que el Sol, Venus y Mercurio en Tauro proponen, y que Urano en este mismo signo, dinamizado por la tensión de la T cuadrada y como dispositor moderno de Saturno en Acuario, contribuirá a resquebrajar. Y es que no hay paz posible si no hay un cambio de perspectiva, un cambio de paradigma respecto a nuestros valores, que nos permita experimentar la vida de forma más coherente, segura y sólida.

Un buen proceso de terapéutico o de autoindagación puede ayudarnos a gestionar mejor está tensión energética, a reconocer y abrazar el dolor y la sombra familiar, transmutando la parte que nos corresponde, a liberarnos de condicionamientos autoimpuestos, a empoderarnos interiormente y a trabajar nuestra autoestima, resignificar nuestros valores y fortalecer nuestro propósito.

Por otra parte, conseguir una conexión profunda con la naturaleza que nos transforme interiormente y nos libere de la rutina también es una excelente manera de aprovechar la tensión de esta T cuadrada, quizá el desafío radicará en encontrar el tiempo para ello sin descuidar nuestras responsabilidades.

A nivel mundano, esta T cuadrada cuyo punto focal es Saturno en Acuario, sugiere el agudizamiento de la actual crisis del sistema y la crisis económica, de valores,  y medioambiental que hemos venido experimentando de un tiempo para acá, ante una población que atraviesa un  proceso de transformación profunda, que se ve, por un lado, atormentada y mermada por el sufrimiento de la muerte que en estos tiempos aciagos ha ganado fuerza y, por otro, limitada por restricciones de las cuales desearía poder liberarse.

Está claro que no nos ha tocado fácil pero la humanidad ha enfrentado otras crisis de las cuales ha salido fortalecida y esta no será la excepción. Bien dicho es que aquello que no nos mata nos fortalece.

Los tiempos de crisis nos enseñan a morir y renacer de nuestras cenizas como el ave fénix, a ir adentro de nosotros mismos y mirar con mayor profundidad para encontrar allí el coraje y la voluntad que nos levantarán de nuevo, más fuertes y sabios, eso es precisamente lo que nos propone el plenilunio escorpiano.

Que nuestra meditación de Luna llena, profunda, silenciosa, poderosa, nos conduzca a esa alquimia interna, especialmente necesaria en estos tiempos, donde el miedo, el dolor y la negatividad constituyen el egregor predominante, y ganemos en nuestro interior la batalla que aún no hemos podido ganar afuera. Es en nuestra propia oscuridad donde hallaremos la luz que proyectaremos en el mundo.




Nathacha Oura
Astróloga y Taróloga

1 comentario:

Unknown dijo...

Exelente reseña ! Gracias

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