Llegamos a la última Luna llena de este año que sin duda alguna jamás olvidaremos por lo duro y distópico que ha sido y que, no obstante, también ha representado una gran oportunidad de trabajo interior. La Luna llena en Cáncer viene a abrazar en nosotros todo aquello que necesita ser acunado, nutrido, cuidado. Su materna luz, reflejo del Sol que la ilumina desde el pragmático signo de Capricornio, será nuestro consuelo ante las pruebas y exigencias que aflorarán en este cierre de año y principio del siguiente.
Ella nos estará recordando que, a pesar
del frío y la soledad que a veces podemos experimentar como parte de la
experiencia vital, siempre hay un lugar acogedor para aquel que sabe
encontrarlo dentro y/o fuera de sí, un lugar al que llamar hogar, un clan al
que llamar familia, que por cerca o lejos que esté físicamente, está indexado
en nuestra alma como ese lazo invisible pero eterno que nos mantiene unidos en
una dimensión sutil, esa donde las almas permanecen ligadas íntimamente más
allá del tiempo y la distancia, más allá incluso de la vida y de la muerte.
La atmósfera emocional propiciada por
esta Luna, que se encuentra sumamente cómoda al alcanzar la plenitud en el
signo de Cáncer por ser su propio domicilio, es de máxima receptividad, de suma
sensibilidad, de ternura y emotividad. Puede que estemos algo susceptibles y
más propensos al llanto y la melancolía.
Es, sin duda, una Luna para sentir,
para abrir el alma y tocar nuestro interior y el de otros, recordando que, en el
fondo, hay una parte de nosotros que sigue siendo ese niño desvalido, lleno de
miedos y carencias que necesita cuidados y afecto. Por ello, es importante ser
capaces de conectar con el arquetipo lunar, la madre cósmica, que acoge, nutre
y protege, disipando con su blanca y pálida luz todas las nubes de nuestros
miedos e inseguridades.
Esta es también una Luna especialmente
dada a acudir a los recuerdos, brindándonos así la oportunidad de conectar con
nuestras raíces, con nuestros ancestros, con la impronta de sabiduría de
nuestro linaje.
En el polo opuesto a la Luna, estará
Mercurio en conjunción al Sol en Capricornio, invitándonos a ser prudentes, pragmáticos
y austeros en la comunicación, a expresarnos de forma organizada y bien
estructurada, madura y respetuosa, aportando algo constructivo que contribuya a
satisfacer las necesidades de los demás, si queremos que aquello que decimos llame
más la atención, sea tomado en cuenta y tenga buena acogida.
Será importante, además, poner en
práctica aquello de hablar con propiedad, basados en los conocimientos
adquiridos a lo largo del tiempo, así como en nuestra experiencia personal y/o
en la de expertos en el tema al cual nos estamos refiriendo.
La tendencia con esta conjunción es a
estar más creativos y productivos intelectualmente pero ello nos exigirá tiempo,
organización, trabajo y disciplina.
Es posible, por otro lado, con la
Luna en Cáncer en el polo opuesto a la conjunción Sol Mercurio en Capricornio,
que nos encontremos más vulnerables que de costumbre a las críticas, la
censura, los regaños o palabras ásperas que a veces puede suscitar la fusión de
tales energías en este signo tan adusto y exigente.
Puede ser también que seamos nosotros
los que afectemos la sensibilidad de otros con la crudeza de nuestras palabras,
así que estaría bien usar esa energía capricorniana para saber reconocer los
límites en la comunicación y que el respeto prime por encima del querer
demostrar a toda costa que tenemos la razón, aunque así sea. De lo contrario, probablemente
lo único que obtendremos es rechazo a nuestro punto de vista y de paso sentir
que hemos lastimado al otro. Puede ser de ayuda, en este sentido, el sextil que
Mercurio estará formando con Neptuno en Piscis, que nos ayudará a encontrar las
palabras correctas poniendo en práctica la empatía y la compasión.
Esta oposición puede ser buena por
ejemplo para encontrar fuentes serias y fidedignas que nos permitan documentarnos
sobre aquellos temas que nos atraen.
En otro orden de ideas, Urano
retrógrado y Lilith, que actualmente se encuentran en conjunción en el signo de
Tauro, estarán formando un trígono con el Sol en Capricornio y un sextil con la
Luna en Cáncer, conformando así con estos una configuración denominada media
cometa cósmica, una figura muy dinámica y movilizadora, la cual estimula la comunicación
y que facilita sacar partido de las asociaciones. En este caso, Urano y Lilith
imprimirán a esta dinámica un espíritu de transgresión y rebeldía.
En un sentido personal, esta configuración
favorece, entre otras cosas, la obtención repentina e inesperada de dinero u otros
recursos y propicia actitudes de pasotismo o liberación de responsabilidades.
A nivel mundano, puede representar,
la intervención de elementos disruptivos en el ámbito económico que intenten
sacar fácil ventaja de las coyunturas actuales, así como la dinamización de las
fuerzas de la naturaleza que puede propiciar desastres naturales, especialmente
tormentas, huracanes y terremotos, cosa que se ve reforzada por la presencia de
Saturno, dispositor del Sol y de Mercurio, por su regencia sobre el signo de Capricornio,
en el errático y turbulento signo de Acuario, donde se encuentra en conjunción
a Júpiter, una fusión planetaria que representa, por su parte, un potente cambio
de paradigmas y la ruptura de estructuras en los ámbitos político, religioso y
cultural y educativo.
Por su parte, la T cuadrada de la que
estarán participando el Sol y la Luna con Quirón, que aún se encuentra
transitando por el signo de Aries, nos invitará a afrontar el desafío de sanar
la herida de nuestra propia identidad.
Quizá es un buen momento para preguntarte:
¿Quién soy más allá de mi clan? ¿En qué me diferencio de este, cómo puedo ser
único y auténtico, y conciliar eso con mi sentimiento de pertenencia?
¿Cómo puedo cumplir con las responsabilidades
familiares, brindar y recibir cuidados y afecto, permitirme ser vulnerable, vivir
la calidez e intimidad del entorno familiar y, a su vez, experimentar mi
independencia, esa que emerge al romper el cascarón y salir al mundo a luchar
por mi supervivencia?
¿Cómo puedo ser valiente y asumir
riesgos y, a su vez, actuar de forma racional, responsable, organizada y
consecuente con mis afectos?
Y es que puede ser que algunas veces hayamos
tenido que sufrir el no poder ser nosotros mismos por estar condicionados a las
normas y límites autoimpuestos, a las responsabilidades familiares y a las
necesidades del clan, anulándonos.
Es posible también que nos hayan
cortado las alas, que nos hayan castrado e impedido ser más independientes, ya
sea por miedo o apego.
Y que se nos haya dificultado el ser
valientes, el tomar nuestras propias decisiones e iniciativas, bajo la premisa
de querer protegernos a toda costa del riesgo que representa salir al mundo y vivir.
En conclusión, este plenilunio, nos dará
la oportunidad de llegar a un consenso entre nuestras responsabilidades y nuestras
necesidades más íntimas y de sanar nuestro impulso de independencia y autoafirmación.
Espero que os sea propicia, productiva y que podáis conectar con vuestro lado
más sensible y maternal, siendo capaces así de abrazar todo aquello que precise
ser comprendido y acunado.
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