Luna Llena en Capricornio 2020 y Eclipse Lunar


Es importante estar preparados para experimentar el próximo plenilunio ya que este se antojará especialmente exigente, sobre todo a nivel interior. Y es que, en esta oportunidad, la Luna verá florecer su luz en el estricto, disciplinado y ambicioso signo de Capricornio, concretamente en el grado 13 del mismo. 

Será pues una Luna llena de pruebas y desafíos, en la que el nivel de exigencia será mayor y donde nos sentiremos con minados a pulir nuestras aristas cual diamante y a dar lo mejor de nosotros mismos.

Nuestras emociones serán puestas a prueba y es momento de que las observemos con especial atención para trabajar en ellas con mayor ahínco y esmero.

La invitación es a madurar emocionalmente, a hacernos cargo de todo el contenido que alberga nuestro interior por denso o pesado que sea. 

Es posible, en este sentido, que sintamos que nos damos contra una enorme piedra y quizá no sepamos si escalarla, dinamitarla o esculpir en ella una hermosa obra que refleje nuestras más elevadas metas y aspiraciones. 


También es posible que nuestra reacción sea quedarnos paralizados, sufrir alguna especie de bloqueo y la consecuente frustración que lo acompaña. Si es así, será preciso tomar consciencia de cuáles son los miedos y condicionamientos que nos limitan, reconocerlos y aceptarlos como primer paso para poder superarlos, no sin el esfuerzo emocional que ello requiere.

Es tiempo de disciplina interior, de poner orden en el alma y reestructurarla a profundidad, ya que Saturno, dispositor de esta Luna por su regencia sobre el signo de Capricornio, se encuentra retrógrado en conjunción a Júpiter, Plutón y el asteroide Palas, también retrógrados en este mismo signo, completando así, junto a la Luna, un poderoso stellium que se constituirá en una gran oportunidad para el trabajo interior, invitándonos a expandirnos, transformarnos, trazar estrategias y madurar en función de nuestras metas y ambiciones.

Es posible que sintamos, no obstante, cierta sensación de estancamiento, de que nos cuesta concretar afuera aquello que necesitamos, pero es que la energía de estos planetas retrógrados nos está pidiendo hacer una exhaustiva revisión previa que incluya todos los preparativos necesarios para poner en marcha nuestros planes, así como también consolidar primero en nuestro interior la estructura que nos permitirá avanzar una vez que estos cuerpos celestes recobren el movimiento directo. 

El Sol, por su parte, se encontrará, como es natural en toda Luna llena, iluminándola desde el polo opuesto que, en este caso, corresponde al sensible, intuitivo, emotivo y familiar signo de Cáncer. Y lo estará haciendo en conjunción a Mercurio retrógrado y al asteroide Vesta que también se encuentran transitando por este signo, instándonos a revisar la manera en que comunicamos nuestras emociones con el fin de expresarlas de forma más clara y demostrativa y con un toque  más sensible y acogedor, así como también a reflexionar de qué manera podemos propiciar una mayor complicidad con nuestros afectos y ofrendarles nuestros cuidados como una forma de devoción que resguarde nuestros lazos familiares y/o afectivos. 

Será un momento ideal para retomar la comunicación con familiares con los que habíamos desconectado y también para reflexionar sobre nuestras emociones y necesidades. 


Mercurio retrógrado en Cáncer también nos ofrece la oportunidad de abrir el baúl de los recuerdos y rescatar historias que creíamos perdidas en el olvido. 

Aunando energías con el Sol, Mercurio y Vesta en Cáncer y con la Luna llena en Capricornio tendremos a Quirón en el signo de Aries, haciendo de punto focal en una T cuadrada conformada por todas estas fuerzas cósmicas, una configuración tensa que puede llegar a remover heridas relacionadas con temas como la independencia, la identidad, la iniciativa, la agresividad y el impulso sexual, entre otros.

Por si fuera poco, este se encuentra además en conjunción a Marte que también está en cuadratura con Mercurio, intensificando la tensión reinante, la naturaleza impulsiva y o violenta susceptible de herirnos o herir a otros y los conflictos comunicacionales, incluidas las discusiones y las reacciones violentas estimuladas por la incomprensión y las palabras conducidas por la emotividad que pueden acabar, en algunos casos, siendo duras o desagradables.   

No quiero acabar este artículo sin hablar del eclipse lunar penumbral que tendrá lugar durante este plenilunio  y que nos permitirá observar la sombra del signo de Capricornio y trabajar con ella sobre todo a través de nuestra experiencia emocional, familiar y afectiva, no solamente durante este plenilunio sino de aquí a seis meses, en los que se nos mostrarán, entre otras cosas, nuestros miedos, bloqueos y limitaciones autoimpuestas. 

De igual manera, puede que aflore con mayor facilidad alguna actitud  materialista, exigente, juzgadora, castradora, ambiciosa, pesada, monótona, mezquina, antipática y/o antisocial, proponiéndonos el reto de reconocerla, aceptarla e integrarla debidamente.  

Así mismo, será posible experimentar el lado más crudo de este signo a través del aislamiento, el rechazo, la desaprobación, el pesimismo, la frustración y/o la amargura.


Pero también, en esta sombra que nos mostrará el eclipse lunar capricorniano, descubriremos en nuestro interior, cual si de un tesoro oculto se tratase, ciertas habilidades emocionales vinculadas a este signo tales como la paciencia, el pragmatismo,  la resiliencia y el estoicismo. 

Sea como sea, cualidades capricornianas, tales como el rigor, la disciplina, la organización, la seriedad, la responsabilidad y la practicidad, podrán ayudarnos a afrontar y sobrellevar las pruebas, desafíos y exigencias propias de este signo, para así ser capaces de superarnos y madurar interiormente.

Este es el trabajo principal que propone esta eclipsada Luna capricorniana.

Ojalá sepamos aprovechar mejor el tiempo que nuestra alma tiene en esta tierra para alcanzar esas metas internas que nos hemos propuesto, sin sobrexigirnos ni juzgarnos, simplemente haciéndonos cargo de nuestro mundo interior, de nuestras emociones y de esas responsabilidades que, de una forma u otra, hemos asumido, o que por algún motivo nos toca asumir.

Sepamos también, no obstante, poner límites, decir no a aquello que no nos corresponde o que simplemente pueda ser inviable, o incluso abusivo, indigno o irrespetuoso. 

Meditemos con la intención de cristalizar nuestras metas y objetivos y de trascender la apatía, los miedos y bloqueos internos que nos lo impiden. 

Construyamos poco a poco, con empeño y paciencia, piedra a piedra, nuestra fortaleza interior, no para que nos limite o aísle sino para que, precisamente, nos fortalezca, nos resguarde y nos sostenga. 



Nathacha Oura
Astróloga y Taróloga

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