Luna Llena en Escorpio 2020


Cada plenilunio nos ofrece una nueva oportunidad de observar con más claridad y experimentar con mayor intensidad nuestro mundo interior. 

Es allí, en el misterioso territorio del alma donde discurre una gran cantidad de contenido psíquico y emocional que es importante saber procesar y gestionar de forma adecuada. 

Cuando la Luna florece plena de luz en el signo de Escorpio, se abre ante nosotros un portal a nuestras emociones más profundas y viscerales, emociones que hemos ido reprimiendo a lo largo del tiempo y que ahora se muestran desnudas ante nosotros para ofrecernos su oculto tesoro de sabiduría, el cual sólo podremos disfrutar si somos capaces de observarlas sin juzgamiento, permitiéndonos sentir profundamente toda su fuerza, tomando consciencia de hasta que punto han llegado a dominarnos y limitarnos, e indagando en la raíz de las mismas para poder realmente transmutarlas e integrar todo su potencial creativo a la luz de consciencia. 

Si observamos nuestro miedo, apegos y todas aquellas emociones densas como la envidia, los celos, el odio, el rencor, etc., y llegamos al origen de las mismas, descubriremos que no son más que fruto de la ignorancia, de nuestra visión limitada y errónea de la realidad.

Seguramente, cuando nos percatemos de estas emociones tan intensas bullendo en nuestro interior como un volcán a punto de hacer erupción, nuestra primera reacción será juzgarnos, máxime cuando Plutón, regente moderno de Escorpio se encuentra aún transitando por el rígido signo de Capricornio. No obstante, es posible encontrar una forma más sutil, sana y elevada de canalizar esa energía si, en lugar de juzgarnos y reprimirnos, optamos por la estricta y respetuosa observancia de nuestro fuero interno y por el maduro reconocimiento, aceptación y gestión de esas emociones, haciéndonos cargo de las mismas y adquiriendo una disciplina basada en un sano ejercicio de transmutación interior. 

Es a través de este hábito de responsable transformación que conseguiremos sublimar aquello que tanto sufrimiento nos causa.

Por otro lado, Marte, también dispositor de esta Luna, al ser el regente moderno del signo de Escorpio, nos impulsará a reconocer las diversas formas en que nos hemos identificado con nuestras emociones y a desapegarnos de ellas de  forma decidida y valiente, haciendo uso de la voluntad, de lo contrario, si no atendemos a esta urgencia, tales emociones podrían llevarnos, al descontrol, a actuar de forma arrebatada y errática, como un torbellino que arrasa con todo a su paso. 

La actividad y el ejercicio pueden ser una forma excelente de canalizar y liberar ese caudal de fuerza emocional, así como algún emprendimiento creativo en el que podamos encauzar todo esa intensidad, dándole así una salida productiva, no olvidemos que Urano, dispositor de Marte por su regencia sobre el signo de Acuario, se encuentra transitando el signo de Tauro, mientras que Saturno, regente tradicional de Acuario y, por lo tanto, también dispositor de Marte, se encuentra en el propio signo de Acuario, demandando una salida práctica a la par que creativa y novedosa para todo ese torrente de energía emocional proveniente de la Luna en Escorpio. 

Así que, todo es cuestión de utilizar eficientemente las energías de los dispositores de esta Luna y de los dispositores de estos para hacernos más fácil el trabajo de gestionar sana y creativamente toda la densidad e intensidad energética de esta poderosa Luna,  la cual nos invita a transformarnos, a morir simbólicamente para, posteriormente, renacer como aves fénix de nuestras propias cenizas, y una vez ya purificados por el fuego abrasador de nuestra propia alma, ser capaces de volar más alto y experimentarnos más fuertes, sabios, empoderados y presentes. 


Tal es el trabajo interno a realizar durante esta potente Luna, no en vano llamada Luna llena del Buda, ya que coincide con la celebración de su iluminación, y es que, sólo aquel que enfoca ese valioso recurso que es la Luz de la consciencia  sobre su oscuridad y, de esta manera, la reconoce, acepta y abraza, es capaz de iluminarse. 

Es por ello una gran oportunidad la que nos brinda el eje de la actual oposición solilunar, en el que el Sol ilumina a la intensa y transmutadora Luna escorpiana desde el fértil, sensorial y pacífico signo se Tauro. 

Estos se encontrarán además aspectando al planeta Neptuno que aún se encuentra domiciliado, es decir, en su signo de regencia, el mágico, místico y soñador signo de Piscis, formando una figura cósmica denominada Triángulo de ambivalencia, compuesta, en este caso, por el trígono Luna/Neptuno, el sextil Sol/Neptuno y la propia oposición solilunar.

El papel de Neptuno aquí será aliviar el conflicto generado por la oposición solilunar, actuando como foco de distensión y facilitando la posibilidad de conciliación de las energías que la conforman a través de su vibración inspiradora y espiritual. 


Esto se traduce en la posibilidad de aliviar el conflicto entre la acción segura, estabilizadora, práctica y pacífica del Sol en Tauro y la transformadora, turbulenta y profunda emocionalidad de la Luna en Escorpio, por medio de la sutil, inspiradora y trascendente energía neptuniana. 


Ese foco energético representado por Neptuno, puede expresarse a través de la espiritualidad, la inspiración artística y la imaginación, así como también de la empatía, el amor incondicional, el perdón, la entrega, etc., sirviendo para distendernos e integrar más fácilmente la polaridad Tauro Escorpio activada por el Sol y la Luna respectivamente. 


Será de gran ayuda entonces, para trascender toda la intensidad emocional de esta potente Luna, meditar, danzar, escuchar o interpretar música, hacer catarsis a través de la poesía, descansar, disfrutando de un sueño reparador que a la vez nos permita liberar contenido de las profundidades de nuestra psique, entregarse a alguna buena causa que toque nuestra fibra y a la que podamos aportar algo desde nuestras posibilidades, etc. 


También es posible que algunas personas enfoquen esta energía neptuniana de forma evasiva, a través de algún vicio o distracción. Todo dependerá de que tan alto o bajo estemos vibrando.


Otra forma de vivenciar esta configuración energética es  a través del tantra, del disfrute de nuestros sentidos, aunado a la profunda conexión con nuestros instintos y emociones y su sublimación hacia estados de autotrascendencia, comunión y plenitud.


Por si fuera poco, el Sol estará acompañado por Mercurio en el signo de Tauro, el cual también se encontrará opuesto por la Luna y en sextil a Neptuno, formando parte así de un segundo triángulo de ambivalencia, al que brindará su energía mental fértil y sosegada, labrando junto al Sol esa mente iluminada, pacífica, serena y estable, sin embargo, la energía mental puede verse en cierta forma debilitada al encontrarse Mercurio combusto por su cercanía al astro rey. 

Quizá es momento de que la mente se rinda a la luz de la consciencia y deje que esta brille naturalmente y se exprese a través de los sentidos, mientras  ella simplemente es observada y experimentada en calma, irradiando así toda esa fuerza serena pero contundente sobre el alma, representada por la Luna, propiciando  de esta manera ese proceso alquímico que el signo de Escorpio propone. 

A nivel colectivo, la Luna llena en Escorpio puede sacar a la luz temas sórdidos relacionados con el sexo, el poder y el dinero, que removerán nuestra fibra y nuestra compasión hacia aquellas personas que, de alguna u otra forma, padecen abusos, engaño y/o manipulación.

Será importante, así mismo, estar prevenido ante timos, montajes y engaños, que abundan cuando Neptuno se encuentra implicado en la dinámica energética reinante. 

En este sentido, es momento de apelar a la suspicacia propia de Escorpio, así como a su aguda intuición para no caer en la trampa de aquellos que sólo ven por su propio beneficio en detrimento del bienestar de otros. 

Durante esta lunación veremos, además, salir a la luz verdades ocultas y muchas veces comprometedoras. 

Por otra parte, no será raro que nos sintamos más atraídos de lo normal por cuestiones metafísicas, paranormales y esotéricas. 

Sea como sea, aprovechemos esta poderosa y transmutadora Luna para la tan necesaria autoindagación profunda y la alquimia interior, sepamos morir a nuestros miedos, limitaciones  y condicionamientos y renacer más fuertes, sabios y maduros, esto será contundentemente liberador para el alma y nos abrirá las puertas a nuevas posibilidades que quizá jamás llegamos a imaginar.



Nathacha Oura
Astróloga y Taróloga

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