Estamos a
punto de experimentar una Luna llena vibrante que seguramente nos sorprenderá
de alguna manera por lo que es preciso estar predispuestos a aceptar el cambio. Y es que la Luna estará iluminándonos desde
el errático y rebelde signo de Acuario.
La
propuesta será, principalmente, aprender a fluir con los acontecimientos, tomar
consciencia del momento presente y dejarnos sorprender.
A veces precisamos
sentir que los cambios irrumpen en la rutina y nos ofrecen un nuevo aire,
nuevas posibilidades, que podemos salir del estancamiento y hacer algún cambio
necesario o introducir alguna novedad en esa faceta de nuestras vidas que, de
alguna manera, necesita ser reinventada y experimentada más conscientemente,
con mayor apertura, libertad, independencia y frescura, así que la mejor forma
de saciar esta urgencia interior, reconocida o no, es estar receptivos al
cambio y acoger lo inesperado como un punto de inflexión o salto cuántico que
está buscando dar un nuevo curso a nuestra evolución y romper nuestros esquemas
para, de esta manera, conducirnos a lo que podría llegar a ser un despertar
interior.
A nivel
emocional estaremos inestables, pudiendo experimentar giros repentinos en
nuestro estado de ánimo.
En este
sentido, lo más recomendable será dejar esas emociones fluir desde la
aceptación, el desapego y la consciencia del momento presente, recordando no identificarnos
con ellas, sino simplemente observarlas y dejarlas ir en libertad. No permitir
que nos aprisionen ni aferrarnos a ellas, comprendiendo su naturaleza
fluctuante y efímera que, si bien con esta Luna pueden presentarse de forma
especialmente abrupta como una especie de tornado que amenaza con arrasar lo
que esté a su paso, en algún momento se calmaran si no las alimentamos, si
simplemente las sentimos, aceptamos y permitimos
que, tal como aparecieron, desaparezcan.
La Luna,
como bien sabemos, hace igualmente referencia a nuestro lado instintivo y
nuestra intuición, por ello, durante la lunación acuariana es muy probable que
nuestros instintos afloren de forma inesperada y arrebatadora, invitándonos a
vivirlos con total libertad y nuestra intuición puede verse estimulada y enviarnos
sensaciones, visiones o presentimientos a manera de flashes que irrumpen de
golpe en nuestra consciencia desde ese
reservorio de información de todo tipo que es nuestro inconsciente, así que no
despreciemos esos avisos o señales que, como un rayo en medio de la oscura
noche, iluminan el paisaje permitiéndonos percibir aquello que estaba oculto a nuestra visión.
La Luna también guarda relación con lo femenino, así como con la familia,
en especial con la madre y los afectos en general, haciendo igualmente alusión al hogar y la casa.
En este orden
de ideas, cuando este astro nos muestra su máximo brillo desde el signo de
Acuario puede marcar un ciclo lunar en el que lo femenino y maternal tenderá a
mostrar un aire más desenfadado, amistoso, sorpresivo y rebelde y, de igual
manera, la vida familiar puede verse agitada, aconteciendo cambios o sucesos
inesperados que pueden alterar para bien o para mal la cotidianidad de nuestra
familia.
Puede
tratarse, por ejemplo, de mudanzas, cambios en la decoración, visitas
inesperadas, electrodomésticos que se averían, embarazos inesperados, algún
miembro del grupo familiar que se independiza, rupturas, etc.
Así mismo, puede
que por algún motivo nos toque quedarnos solos en casa durante algunos días o compartir
temporalmente por alguna razón un espacio o vivienda con amigos.
La relación
con la madre y con la familia en general puede discurrir de forma más
despegada, amistosa y frugal. No
obstante, la inestabilidad reinante, ya sea a nivel familiar, afectivo o en nuestro mundo interior puede hacerse notar y generarnos, en algunos
casos, cierto stress o ansiedad, pudiendo llegar a sentirnos como en una montaña rusa.
Así que nos vendrá muy bien, tomar
un alto en medio de la vorágine de acontecimientos familiares o de cualquier
otro ámbito vital que pueda alterarnos interiormente y respirar profundamente,
recrearnos con la naturaleza o con cualquier cosa que nos reconecte con nuestra
paz interior.
Una buena
infusión, sentarnos en algún jardín o un buen masaje podría ayudarnos a fluir
mejor con toda esa tensión, que se verá incrementada por la cuadratura que Urano,
que actualmente se encuentra en el signo de Tauro y que es dispositor de esta
Luna por su regencia sobre el signo de Acuario, estará formando con Mercurio en
el signo de Leo.
Ello puede
traducirse, por ejemplo, en percances inesperados con los medios de transporte
o informaciones importantes e impactantes, cuya intensidad puede alterar nuestra
tranquilidad.
También
puede representar, no obstante, el desafío de saber comunicar de forma
brillante y poderosa para poder generar cambios radicales que, si bien pueden verse
ralentizados, representan la oportunidad de reinventar algo para que sea más
productivo. Este es pues un tránsito que
puede resultar especialmente estimulante para las personas del mundo de los
negocios, el marketing y la publicidad.
Acuario es también un signo sumamente creativo e inventivo, es el signo
de la genialidad y los descubrimientos, está asociado a la tecnología, la
informática, las redes sociales, los viajes espaciales, los derechos humanos, lo
colectivo, las revoluciones y todo lo original, diferente, excéntrico y que, de
alguna manera, se rebela y/o rompe con lo establecido, por tanto no es de
extrañar que durante este plenilunio e, incluso, durante todo este ciclo lunar,
pueda haber un auge de situaciones vinculadas a estos temas o que de alguna
forma reflejen esa tonalidad energética a nivel global, especialmente en aquellos
lugares donde la Luna o su dispositor es angular, es decir, que se encuentra
posicionado cerca de alguno de los cuatro ángulos más importante de la carta
del lugar en cuestión, o bien, si la Luna o su dispositor aspectan a algún
planeta de la misma.
No olvidemos además que la Luna representa al pueblo de una nación o la
población de un lugar, así que en algún sentido esta puede estar vibrando en función
de la energía acuariana. Puede que en
algunos casos sea evidente la agitación, hechos inesperados que afectan a la
población, inquietud generalizada y algún que otro loco suelto haciendo de las
suyas. Sea como sea, es una lunación en
la que cualquier cosa puede pasar.
A un nivel
más profundo y personal, esta Luna ofrece la oportunidad de tomar consciencia
de nuestra necesidad de cambio, así como también de aprender a gestionar la
agitación y fluctuaciones repentinas que nuestro mundo emocional puede
evidenciar, experimentándolas de forma sabia, fluida y desapegada, de aceptar nuestra
naturaleza humana y de atender a ese llamado interno que nuestra alma nos hace
a despertar.
Acuario es también el signo de la amistad y la fraternidad, por lo que
puede que durante esta lunación precisemos sentirnos más cerca de nuestros
amigos, o participar de algún acontecimiento grupal o colectivo que refuerce
ese sentimiento de pertenencia a la humanidad, así como a un clan o familia
extendida, que es lo que suelen ser de alguna forma los amigos y/o esos grupos
de afinidad a los que pertenecemos.
Por último,
no quiero dejar de mencionar la preciosa conjunción que el Sol, Venus, Juno y
Marte, estarán realizando en el glorioso signo de Leo, estos estarán oponiendo
a la Luna irradiándola de una poderosa energía de intensidad y pasión,
sumamente comprometida, ardiente, decidida e impulsiva que la energía lunar acogerá,
desde el escenario acuariano, con libertad, fluidez y arrebato interior,
dejándose llevar y generando un torbellino de emociones en nuestro interior.
Este
aspecto nos habla sobre todo de una experiencia muy fogosa en el ámbito de las
relaciones de pareja y en general mucha intensidad, compromiso y efusividad en
nuestras interacciones sociales, confrontada a nuestra necesidad de espacio y
libertad, encontrar el sano equilibrio entre ambas tendencias energéticas es lo
que permitirá que el amor y las relaciones en general puedan fluir
apasionadamente, de forma generosa y demostrativo sin por ello asfixiar o
agobiar al otro o a nosotros mismos.
Sólo se
trata de fluir disfrutando la vida y el amor como un juego donde juntos creamos
y compartimos intensamente sintiéndonos vivos y dignamente conectados,
celebrando activamente esa conexión, atendiendo también a la urgencia de espacio
e independencia que nuestro interior nos demanda.
Los celos
pueden, no obstante, aflorar, si no sabemos reconocer nuestra propia necesidad
de libertad o sentimos que el otro pasa de nosotros y no está allí lo
suficiente como para compartir toda la pasión que podemos estar sintiendo con ese
ardiente stellium en Leo.
Es
importante valorar, en este sentido, que tan presente está el otro en los
momentos a compartir, que tan generoso, atento y demostrativo se comporta y si
aflora poderosamente su amor en forma de juego erótico e intensa pasión.
Si es así
podremos aseverar que en su conexión con nosotros está vibrando en consonancia
con la energía que despliegan Venus y el Sol desde el brillante y fogoso signo
de Leo, así que disfrutemos del amor que se nos presenta como un fuego
abrasador y por contraparte permitámonos tener ese espacio propio tan
importante tanto a nivel personal como en una relación pues permite a la misma
respirar, tener un pulso entre la poderosa atracción y el sano desapego que permite
disfrutar de estar juntos y,a su vez, fluir en nuestra vida diaria, eso nos
brinda una oportunidad de echarnos de menos, aunque sea por un rato y avivar el
deseo de estar juntos.
Por si
fuera poco, el asteroide Vesta se encontrará formando el ápice de una T
cuadrada de la que estará participando desde el signo de Tauro, con la Luna en
Acuario y el mencionado stellium leonino, ello añadirá un intenso estímulo
erótico basado en la devoción al cuerpo, los sentidos y la belleza,
concibiéndolo como algo sagrado e inspirador
que puede llevarnos a experimentar el cuerpo de forma tántrica.
Esta
configuración también puede dar como resultado, no obstante, una tendencia a
sabotear el disfrute de lo que estamos viviendo a nivel sentimental, esto puede
ser provocado por un necesidad de libertad no reconocida que podría llevarnos a
comportarnos de manera errática generando cierta tensión. Reconozcamos pues esas pulsiones y canalícemoslas
adecuadamente por nuestro propio bien y el de nuestra relación.
Esta será
entonces una Luna movida e intensa, llena de pasión, creatividad, juego, sorpresas,
cambios, celebración del amor, y un ánimo de fraternidad, amistad y libertad que
hemos de saber conjugar para que esta lunación sea un disfrute.
Meditemos, solos o
en grupo, recordando que somos Uno y, al mismo tiempo, únicos. Reconociendo la gracia de la singularidad
dentro de la multiplicidad de formas en que el Ser ha devenido a través de su
juego creativo, donde cada espejo nos sirve para reconocernos.
Feliz y
sabia Luna llena acuariana!!
Nathacha Oura
Astróloga y Taróloga