Escorpio


Imagen: H.P.Kolb



Escorpio es el signo de la transmutación, de la transformación de la oscuridad en luz.

Está representado por el escorpión o bien, la serpiente que, según las antiguas tradiciones esotéricas, se transforma en águila, o es cazada por ella, refiriendo así el trabajo de alquimia interior que es menester realizar para elevarse por encima de las bajas pasiones, aplicando, para ello, el poder de la voluntad.

Otro símbolo identificado con este signo es el ave fénix, que muere para renacer de sus cenizas.

Escorpio es profundo o elevado, pero nunca superficial, vive todo con gran intensidad.   Su mundo emocional recibe fuertes sacudidas, que alteran repentinamente su estado de ánimo, dándole un vuelco en su interior y echando abajo las bases sobre las que se cimienta su existencia, forzándole a emprender un lento y doloroso proceso de autotransformación que le permitirá mudar la piel y emerger renovado y purificado.

Esta experiencia, no obstante, resulta aterradora, ya que representa la "muerte" del yo, el desprenderse de la caduca imagen que tiene de sí mismo y del sentido de identidad que le ha acompañado durante mucho tiempo.  Esto le lleva a hacerse precavido e intentar controlar todo lo que le rodea, en un instinto básico de supervivencia.

Sin embargo, en un nivel muy profundo, necesita del cambio, para demoler aquello que está obsoleto y sobre esas bases construir los nuevos pilares de su alma. Es la muerte simbólica de la semilla en la profundidad de la tierra, antes de poder renacer.

Escorpio tiene una fuerza impresionante que es capaz de crear o destruir, por ello es importante que aprenda a hacerse cargo de su propio poder de forma madura y responsable.

Es también el signo de la involucración, la compenetración íntima con los demás, que se expresa plenamente a través de una fusión con los otros que le permite ir más allá de sí mismo.  Rige entonces los deseos y la sexualidad.  No es raro que caiga presa de los celos ya que tiene la tendencia a apegarse demasiado a la pareja, al punto de considerarla como sujeto de su propiedad.

Así mismo, el escorpiano se compromete y entrega al máximo en aquello que realmente le motiva, pero si algo no le llena, se mostrará al extremo indiferente.

Reservado, muchas veces prefiere callar porque sabe que sus opiniones ásperas y su humor, más bien sarcástico, no siempre son bien recibidos.  En todo caso, con los años ganará madurez en el arte de la comunicación y hablará con la voz de la experiencia.

Intelectualmente es frío y calculador y planifica pacientemente sus movimientos.

Suele actuar de manera misteriosa, por eso, muchas veces, sus actitudes confunden o despistan a los demás y quizá pueda decirse que esto, incluso, le divierte.

Nada le atrae más que la verdad, pero sabe que esta sólo puede ser conquistada plenamente cuando se disuelve la ilusión de la dualidad, que de resto las verdades pueden ser tan múltiples y cambiantes como lo es el Universo mismo.

Sensible al mundo intangible, a aquello que no se puede comprobar físicamente pero que de alguna manera percibe que está allí, se interesará por el conocimiento de lo oculto, lo paranormal y lo místico.




Es un signo sumamente magnético y su expresión es, más bien, de carácter transpersonal, dotándole de un aura de misterio que llega a impresionar con su sola presencia, atrayendo o repeliendo a los demás, que lo perciben como irresistible o detestable.

A veces puede llamar la atención cayendo en actitudes victimistas y de mártir, manipulando de esta manera a los otros, pero también puede actuar de forma compasiva, aliviando el sufrimiento de estos.

No obstante, si se deja llevar por sus bajas pasiones, es posible que llegue a comportarse de manera despótica hacia los que le rodean, controlándoles para así para mantenerse al mando de la situación, lo cual deja entrever un miedo subyacente a experimentar las limitaciones impuestas por el medio y a ver frustradas sus ideas.  En este sentido, el escorpión ha de tomar consciencia de que no hay peor obstáculo que los bloqueos que su propia mente pueda generarle.

Su mayor objetivo en la vida es alcanzar poder, popularidad, influencia y reconocimiento y, en el caso de los escorpiones más evolucionados, lograr una mayor conciencia de sí mismos.

Paradójicamente, algunos escorpiones tienen un enorme miedo a su propio poder, lo cual, muchas veces, ralentiza su salida a escena, ya que saben la responsabilidad y el riesgo que el poder y el brillo entraman y que aquello que puede elevarles también puede hundirles. Entonces rechazan ese poder y lo proyectan en la sociedad, en el cosmos del cual forman parte, convirtiéndose en víctimas de los avatares de la vida, pero esto no es más que una forma de autosabotaje, que surge como expresión de ese miedo a su propio poder y que desemboca en un sentimiento de frustración y en actitudes autodestructivas.

Otros, por el contrario, asumen su poder, pero utilizan su influencia y status de forma egoísta y pueden llegar a actuar como verdaderos tiranos, siendo entonces rechazados o marginados, por aquellos que sienten que pueden llegar a destruirles, o adorados sólo por temor.

Luego están los escorpiones más evolucionados, que utilizan su poder de forma sana para construir mejores posibilidades para sí mismos y para los demás.

En todo caso, Escorpio suele estar enzarzado en una constante lucha de poderes, tiene la sensación de tener que estar de alguna manera a la defensiva, luchando constantemente por su supervivencia.

Escorpio debe aprender a asumir su propio poder de forma responsable, transcendiendo cualquier motivación egoísta y actuando en el cumplimiento de un propósito más elevado y del beneficio colectivo, entonces se convertirá ya no en víctima, ni en victimario, en lo destruido o en el destructor, sino en un agente luminoso, constructivo y creativo para el mundo, capaz de transformarse a sí mismo hasta sus más elevadas y dignas posibilidades y ofrecer lo mejor de sí a los demás, pero para ello tendrá que estar dispuesto a transmutar todo aquello que haya de caduco y que estanque el crecimiento, en aras de la evolución.


Nathacha Oura
Astróloga y Taróloga

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